Capítulo 23

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Jackson

Noto que en breve se ha profundizado entre mis brazos y con delicadeza para no despertarla logro zafarme para acomodarla con cuidado poniendo una manta sobre su cuerpo. Me alejo hasta el pasillo y antes de encerrarla aquí, la miro por unos segundos tan tranquila y pacifica durmiendo, depositando toda su confianza en mi... cierro la puerta y suelto el aire que contenían mis pulmones.

Entro al baño frente a la habitación y abro la ducha, necesito con urgencia quitarme este sudor frio que me ha estado recorriendo el cuerpo desde que nos descubrieron. No podía creer que esto nos hubiese pasado luego de tener tantas precauciones, el pánico me alcanzó a invadir cuando su mensaje me llegó, pues sabía que el momento no se podría retrasar más y que inevitablemente el día de hoy estaría bajo este techo, un lugar que será la cuna de no sé qué cosas de parte de mi padre para ella.

Me sumerjo bajo el agua fría de la regadera, el helaje sobre mi piel me golpea, pero el tiempo que paso escondido evadiendo la realidad aquí se extiende más de lo que deseaba y cierro la llave cuando se oscurece el tragaluz del baño.

Me seco raspando con brusquedad mi piel, estresado recordando el comportamiento de mamá con Hanna. Sabía que sería feo, pero no estoy seguro de estar preparado para soltar a esta chica y hacerme el de la vista gorda ante el obvio desprecio que le tienen en esta casa. El escalofrío expectante a la llegada de papá no se va desde que puse un pie aquí con ella a mi lado y ni siquiera la ducha helada consigue quitármelo de la espalda.

Me vuelvo a poner la ropa y veo la hora en mi celular antes de salir de nuevo al pasillo. Son cerca de las diez de la noche, así que abro con cuidado mi habitación y confirmo lo que imaginaba, Hanna sigue profundamente dormida y con suerte seguirá así hasta que amanezca.

Me dirijo en medio de la oscuridad hacia la primera planta suplicando por no encontrarme a nadie, logro llegar a la cocina para ver si hay algo de cenar, pero una presencia tras mi espalda consigue arruinar mi búsqueda.

—¿Qué te sucede con esa chica? —la voz de mamá susurra tras de mí.

Me giro viéndola ahí, con su pijama larga y vieja.

—No entiendo a lo que te refieres.

Se cruza de brazos.

—¿Crees que no vi lo que pasó? Actúas demasiado cálido con la chica.

—Es parte de la actuación, o ¿Qué quieres? ¿Qué sospeche que esto es un secuestro indirecto? —frunzo el ceño.

—Jackson.

—¿Qué? —me desespera ese tono de reclamo.

—Te conozco, hijo —entrecierra los ojos analizándome.

—No sé de lo que hablas, déjame en paz, mamá.

—¿Seguro? Porque creo que deberías bajarle a la actuación.

—Estoy haciendo lo que papá pidió.

—Mantenla convencida, pero no exageres. Si actúas de ese modo con ella frente a tu padre puedes despertar sospechas inoportunas.

—¿Cómo qué?

—Como que te preocupas por ella.

—Pues, sería lógico ¿no crees? Estuve meses, años tras de ella, aunque sea falso es inevitable crear una especie de amistad. —intento tantear este terreno con ella para ver cómo reaccionaría ante el escenario real, para ver si me apoyaría.

—¿Te has vuelto loco? No me hables de amistad con el enemigo, Jackson. Que ni se te vaya a ocurrir decir alguna estupidez como esa frente a tu padre. —sacude las manos frente a mi rostro.

A través del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora