Capítulo 35

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Jackson

Subo directo a buscar un baño en el pasillo, me encierro y muerdo mis nudillos para no explotar. El sabor amargo de la soledad se siente en todo mi cuerpo y el dulce sabor de sus labios de a poco se va desvaneciendo, como sus huella y recuerdos con forme pase el tiempo.

No debo llorar, no puedo llorar, no tengo el derecho ni el tiempo para esto.

Respiro profundo apoyado en el lavamanos, miro mi reflejo y me enjuago con agua helada para no mostrar nada en mi expresión, debo darle tiempo de alejarse y aprovecharé la confianza que he ganado y lo subestimada que la tenían por su estado.

Me sacudo ignorando los pedazos rotos que llevo en el pecho, me enderezo frunciendo el ceño y salgo directo a la habitación.

Ingreso y con naturalidad me hace un gesto con la cabeza.

—¿Y? ¿está dormida? —pregunta sin desviar la mirada del laptop.

—No se ha movido de la habitación, solo quería que me quedara un rato con ella, es todo.

—Bien, continuemos con esto. Explícales el mapa a los chicos y luego harás unas llamadas. —dice encendiendo un cigarro.

Asiento y con calma ensayada, hago todo lo que pide ganando así unas tres horas sin que sospechen que ella ya no está aquí.

Hanna

—Cielos... —masajeo mi espalda baja con dolor.

Ahogada por tanto andar, decido hacer una pausa pese a la paranoia de estar siendo perseguida y que seré encarcelada en cualquier momento inesperado.

Me recuesto contra el tronco de uno de los pinos y decido descansar sintiendo el movimiento sin cesar de mi hijo en mi vientre.

—Empezaste y ya nadie te para, ¿verdad? —le digo agitada pero feliz de ver cómo está activo.

No pierdo de vista el rio con el que me guio para poder encontrar la carretera que busco, no ha de estar muy lejos, desde la terraza la vi y Jackson aseguró que en pocas horas la encontraría. Seguro se refería a un trayecto sin barriga, y eso que no es muy grande como para culparla del todo, mi estado físico es el que no colabora y el no haber comido nada decente por un largo tiempo.

—Lo lograremos, todo saldrá bien. —el poco sol que calentaba se cubre con las nubes grises en el cielo.

Que mal momento para que el cielo se empiece a nublar.

Cierro el saco que visto cubriendo el pecho para no enfermarme a medio camino y cuando me siento un poco mejor, me levanto y me acerco al rio para hidratarme, si es higiénico o no, poco importa ahora.

Una vez que me refresco, continuo el camino por el bosque.

—Línea recta, línea recta, ya debe faltar poco... no te detengas.

En cuanto ningún animal salvaje se aparezca en medio, creo que soy capaz de llegar.

Jackson

Las gotas de lluvia aparecen por la ventana y no tarda en coger impulso el sonido contra el techo.

Espero que solo sea acá y no vaya a ser que por donde ella ande la lluvia la atrape, la habría mandado a morir de una neumonía que no podría perdonarme.

—¡Jackson Morris! —el grito esperado llega al fin.

Cuento en silencio los segundos antes del desastre.

La puerta es abierta con agresividad golpeando la pared en el proceso y entra mi padre quien supuestamente solo había ido al baño, pero parece que visitó más que eso.

A través del abismoWhere stories live. Discover now