•Prólogo•

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El fuego se elevaba cada vez más cerca del techo de la casa, corría rápidamente en busca de mis padres que estaban en su habitación. Pero solo antes de llegar a su recamara algo muy pesado cayo sobre mi.

Al despertar note que estaba en un hospital, me dolía la cabeza y tenía una tipo mascara en mi cara. Escuche unos pasos acercarse por el pequeño pasillo de la puerta y ahí lo vi; un tipo alto, de unos 30 años, cabello castaño y ojos color marrón.

-Muchos apostaban a que no sobrevirias la primera noche.-¿sobrevivir? ¿Ah que se refería con sobrevivir? Recordé el incendio que había sucedido en mi casa.

- ¿Donde están mis padres?-retire aquella mascara de oxigeno que cubria mi boca y nariz, el sujeto desvío la mirada un momento para dar un suspiro. Notaba como su rostro se tensaba ante mi pregunta.

-Soy Richard Smith.

-No me interesa quien sea usted, yo solo quiero saber ¿Donde están mis padres? -me cruce de brazos y sentí que algo no estaba bien, Richard se había sentado aun lado de mi cama.

-Tienes la sonrisa de tu madre.-me dedico una sonrisa, pero a pesar de eso dudaba de aquel tipo -No soy bueno diciendo las cosas ¿Sabes?

-Solo hable señor.-bufe.

-No soy tan viejo, solo tengo 29-hizo que riera un poco-Gina, tu papá pertenecía a una unidad secreta de espionaje y seguridad para el país.

- ¿Qué? -me quede sorprendida aunque ahora entendía el porque mi padre normalmente estaba de viaje todo el tiempo, o sus extrañas llamadas que le hacían todos los días, pero ¿Un espía? Nunca imagine que aquello fuera posible, creía que todo aquello solo aparecía en las películas de acción. Pero esto no era una película - ¿Por qué me dices esto?

-Gina, tus padres murieron en el incendió.-de mi boca no salio ninguna palabra, sentía como mi mundo se venía abajo. Mis lagrimas no tardaron en aparecer ante aquel dolor que comenzaba a sentir en mi pecho. Solo tenia 13 años y ahora estaría sola en este mundo.

-Esto no puede estar pasando.-mi voz era débil con el llanto-Solo tengo 13 años.

-Tranquila Gina.-Richard se acerco hacia mi para darme un abrazo, recargaba mi cabeza sobre su pecho mientras daba leves palmadas en mi espalda-No estas sola.

- ¡Claro que lo estoy! -grite fuerte que sentí un leve dolor en la garganta.

-No es así, a partir de hoy yo seré quien cuide de ti. Te voy a querer como una hija y te prometo que no te faltara nada.

-Me harán falta mis padres.-susurre por lo bajo para que Richard no me escuchara.

Por la tarde de aquel día me había dado de alta del hospital, Richard me condujo hasta el estacionamiento del lugar. Y un tipo estaba aun lado del auto que me llevaría a mi nuevo hogar.

-Vamonos Tom.-ordeno Richard y ambos subimos a la parte trasera del auto, me recarge sobre la ventana de este para mirar hacia el camino. Pasábamos por grandes tramos de arboles para llegar hasta un lugar a las afueras de Forks.
Solo aquella vivienda se destacaba en el lugar. Una casa de dos plantas hecha de ladrillo con un estilo tradicional pero a la vez moderno.

-Que comience mi nueva vida.

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Prometí subir la nueva novela y aquí está, espero que les guste, voten y comenten.

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