▪Agente 201▪

Cap. 11

Me estaba empezando a cansar por aquellas estúpidas notas de amenaza, tomé la nota rompiendo en pedazos el papel. Tenía que averiguar quien mandaba las notas y el porque lo hacía, tomé mi teléfono y marqué el número de Harry, necesitaba ayuda y en estos momentos él era al único que podía recurrir.

—Harry.—el sonido de contestación apareció del otro lado de la línea.

—No, soy Austin.—había olvidado por completó a Austin—Harry dejo su teléfono.

—Lo siento, llamaré más tarde.—sentí como mi sangre se congeló ante la voz de aquel hombre.

—Gina, espera.—dijo Austin al otro lado, mi respiración se aceleró un poco—Quiero hablar contigo.

—No es un buen momento para hablar.

— ¿Por qué te fuiste, Gina? ¿Fue por qué te besé?—al escuchar las palabras de Austin hizo que mi cuerpo se debilitara.

—Austin, sí, me fui por éso. Es obvio que no podía vivir en un lugar donde tú estuvieras, estás comprometido y yo no iba a destruir tu relación con Ashley.—dije, por una parte me había ido por Austin, por no soportar el hecho de que se casaría con otra mujer.

—Debes saber, que el beso significó más de lo que piensas.—la voz de Austin se notaba melancólica, me imaginé su rostro triste por mi culpa—Pero tienes razón, yo estoy comprometido con la mujer que salvó mí vida de un terrible accidente. Pero a pesar de todo, espero que encuentres el amor.

Un gran nudo apareció en mi garganta evitando que las palabras salieran de mí, avente el teléfono contra la pared provocando que se rompiera. Ashley era una mentirosa, había metido ideas en la cabeza de Austin, ideas y mentiras. Tomé lo que quedaba de mi teléfono y busque entre mis contactos el número de Kaila, tenía que separar a Austin de esa arpía. Antes de marcar el número en el teléfono fijo alguien llamó a mi puerta, me levanté de la cama y camine abriendo la puerta y dejando ver a mi abogado.

—Perdón por interrumpir, pero tenemos que trabajar en tu caso.—me dedicó una sonrisa amigable.

—Claro, adelante.—me hice aun lado de la puerta para que pudiera entrar, el se sentó el la pequeño comedor que tenía el cuarto.

— ¿Qué le paso a tu teléfono?—Liam miraba mi teléfono roto.

—Se me calló.

—Soy tu abogado, no debe haber mentiras entré nosotros.—rió un poco, sonreí por su risa contagiosa.

—Estaba molesta y lo arroje a la pared.—me senté en una de las sillas frente a él.

— ¿Problemas de amor?—Liam comenzó a sacar algunos papeles de su portafolio.

— ¿Qué tiene que ver el amor, con mi teléfono?—cuestione dudosa.

—Te dije que averigüe tu vida y encontré que salías con Austin Mahone, hermano mayor de tu mejor amiga Kaila Mahone. Él sujeto perdió la memoria tras un accidente que no puede ser mencionado por nadie que te conozca.—las palabras de Liam me sorprendieron.

—No salía con Austin, sólo fue un amor que no pudo florecer.—le dediqué media sonrisa.

—Entiendo. Se que es difícil perder a la persona que amas.—noté un tono de tristeza en la voz de Liam.

— ¿Has perdido a alguien?—pregunté.

—Sí, mi novia Olivia, falleció por un tumor cerebral. Pero bien, vamos a trabajar en tu caso.

—Será lo mejor, dime ¿Quién me acusa de estar aliada con los negocios de James Cooper?—pregunté revisando algunos de los papeles de Liam.

—Susi Parker.—al escuchar ese nombre se me revolvió el estómago del enojo, aquella tipa había sido mi principal enemiga del colegio de espías.

—Esa maldita.—rompí un lápiz que tenía a la mano.

— ¿La conoces?—cuestionó Liam.

—Sí, fue mi enemiga principal en el colegio, sólo porque un chico me prefirió antes que a ella.—los recuerdos de Luke invadieron mi mente, hacía tiempo que aquel sujeto no estaba en mis recuerdos.

—Bueno, pues al parecer ella fue la que entregó evidencia de que podrías ser la hija de James.—maldije por lo bajo, en cuanto me cruzará con Susi Parker, le haría daño.

La tarde y parte de la noche había trabajado con Liam, al parecer era un chico gracioso y divertido. En cuanto el reloj marco cerca de las ocho treinta de la noche, decidimos terminar de trabajar.

—Creó que es mejor descansar.—dije levantándome de la silla y estirando mí cuerpo.

—Sí, mañana será tu primer día en la corte. Así que descansa y te veo mañana a las nueve.—Liam tomó los papeles que estaban sobre la mesa y yo le ayude con ellos, accidentalmente toqué su mano derecha, nuestras miradas cruzaron y una sonrisa apareció en el rostro de cada uno.

—Nos vemos mañana.—dije al estar ya en la puerta con él, le dediqué una pequeña sonrisa y antes de cerrar la puerta Liam jaló mi cuerpo hacía él besando mi labios en un corto beso.

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