Cap.O5

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Bajaba del avión después de varías horas de vuelo. Al ver el lugar, sentí una extraña sensación en mi interior que no podia describir.

—Bienvenida a Texas.—dijo Kaila mientras jalaba de mi brazo para ir por nuestras maletas.

—Es un lindo lugar.—dije, recogí mi maleta de la banda transportadora y salimos del aeropuerto.

El calor abrumante del lugar se había aparecido al salir del aeropuerto. Kaila seguio caminando, parecía que el calor ni siquiera le producía nada. De lejos un chico alto, cabello castaño y un cuerpo formido se acercaba hacia nosotras y al ver a mi amiga le sonrió.

—Kaila.—él tipo abrazo a Kaila y la levantó en el airé dándole vueltas.

— ¡Bájame!—grito mi amiga dando patadas al sujeto.—Odió que hagás eso.

—Yo también te extrañé hermanita.

—Da igual, Austin,  ella es mi mejor amiga Gina.—estendi la mano y él solo la tomó, una sensación extraña se hizo presente en mi estómago, me jalo delicadamente hacía él depositando un beso sobre mi mejilla derecha.

—Hola, soy Austin Mahone.—me dedicó una sonrisa, mostrando una hilera de perfectos dientes blancos.

—Soy Gina Cooper.—le correspondi el mismo gestó.

—Bien, es mejor subir al auto, aquí el calor debe ser molesto para ti Gina.—tomó las maletas de Kaila y mías llevándolas hasta una camioneta negra.

—Sí, no estoy tan acostumbrada al calor.—dije subiendo a la parte trasera del auto.

—Uno se acostumbra con el tiempo.

—Claro ignora a tu hermana.—habló Kaila con un tono de celos en su voz, causando una risa por parte de Austin y mía.

— ¿Estas celosa?—habló Austin con un tonó juguetón y tratando de no reir.

—Yo no estoy celosa, Austin tú sabés que te relagaría con la primera persona que pasara en éste momento.—hablo Kaila subiendo a la parte delantera mientras que yo subía en la parte trasera.

—Se que me adoras hermana.—reía ante el espectáculo que ambos hermanos protagonizaban.

Austin encendió el motor del auto y condujo por el lugar, un lugar muy lindo, había grandes pastizales entre todas las casa. Vivían de una manera simple y modesta, al recorrer varios kilómetros desde el aeropuerto nos detuvimos en una casa de dos pisos de ladrillos, un gran patio rodeado por una cerca de madera sin color algúno, árboles rodeaban la casa en la parte trasera de está. Cuando Austin se detuvo baje inmediatamente respirando el airé de campó, una sensación de tranquilidad se sintió en mi cuerpo.

— ¿Qué tal?—hablo Kaila a mis espaldas llamando mi atención completamente.

—Éste lugar es increíble.—dije mirando la un momento para luego volver a mirar el paisaje.

—Te lo dije.—río Kaila.

—Saben, no me importaría si me ayudarán un poco.—hablo Austin llamando la atención de ambas, él sujetaba las cuatro maletas en ambas manos sin dejar las caer al suelo.

—Deja te ayudó.—hablé mientras tomaba dos maletas— Kaila, ven y ayuda.

—No eres mi jefa.—rió burlándose de mí, ella sabía que no podía mandar la en éste viajé y sabía que aprovecharía esta ocasión. Corrió hacía la casa dejándome con Austin.

—Ella suele ser así.—caminaba aun lado de Austin jalando las maletas entre el césped.

—Si lo se, una se acostumbra con el tiempo.—caminaba tranquilamente cuando caí en un charco de lodo— ¡Rayos!

—Debí decirte.—Austin me miraba detenidamente mientras reía sin parar—Deja te ayudó.

—Gracias por decir me.—él extendió su mano para que la tomará y cuando la tomé jale su cuerpo hacía mi, provocando que él también cayera al lodo junto—Fue por no decir me.

—Está bien, fue justó. Ahora si vamos a la casa.—él se levantó y tomo mi mano para ayudar me a levantar, ambos tomamos las maletas y caminamos hacía la casa.

— ¿Qué les paso?—preguntó Kaila al momento de que entramos a la casa, notaba en su mirada que quería burlarse de ambos, pero tenía que aguantar la risa.

—Nada, ahora ire a limpiarme.

— ¿Donde puedo limpiarme?—pregunté cuándo Austin subió las escaleras.

—Sube las escaleras a la derecha, es la primera puerta.—obedecí y subí las escaleras junto con mi maleta, abrí la perilla de la puerta y del otro lado me encontré a Austin sin camisa, mostraba su cuerpo bien trabajado por los deberes del campo.

—Al parecer alguien no sabe tocar la puerta.—dijo Austin dedicando me una sonrisa.

—Yo… lo siento.—traté de formular una palabras, pero los nervios me traicionaban.

—Tranquila, el cuarto que buscas es el de enfrente.

—Gracias.—cerré rápidamente la puerta y corrí a la otra habitación, jamás en mi vida me había puesto nerviosa delante de un chico y mucho menos de alguién que solo llevaba una hora de conocer lo, simplemente había algo en él que provocaba los nervios en mi interior.

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Nuevo capítulo, espero que les guste, no olviden votar y comentar. :3

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