Capítulo 8

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Siento no poder actualizar tan asiduamente como lo hacía antes, pero tengo el mes plagado de exámenes. Así que por favor, lo ruego, parad de decirme que por qué no actualizo los demás fics, actualizo este que es el que necesito continuar un poco más, los otros los continuaré cuando pueda y como buenamente pueda. No es muy bueno el cap, pero espero que os guste y que la espera os sea un poco más amena. 

¡Saludos!



Camila's POV

Había salido un poco aturdida del quirófano, y estaba algo dolorida pero pasó rápido, porque pude irme a casa dos horas después. Quien dice casa, dice la casa de Lauren. No tenía coche, así que aunque me negase, no me llevaría a mi casa. Echaba de menos a Maia, era la primera vez que estaba tanto tiempo sin ella desde que nació, pero ya era tarde y seguro que se habría muerto del sueño en cuanto dieron las diez.

-Gracias por dejar que me quede. –Dije viendo cómo Lauren ponía la bolsa con mi ropa encima de la cama, y ella levantó la cabeza negando.

-No, no es molestia. –Sonrió, acercándose a mí para colocarme la cinta del cuello de la funda que sujetaba mi brazo. -¿Estás bien?

-Sí, sólo estaba algo aturdida. –Me mordí el labio, ella me quitó el cabestrillo y me sujetó el brazo con una mano.

-¿Puedes cambiarte tú sola? –Asentí, y miré las camisetas que había encima de la cama. –Está bien, pues voy abajo. Necesitas comer algo y descansar.

-No tengo mucha hambre. –Comencé a quitarme los botones de la camisa y ella abrió los ojos un poco, levantando la mirada al frente sin siquiera mirarme a los ojos, y era bastante divertido aquello.

-Pero... Pero tienes que comer. –Carraspeó ella, dándose la vuelta. –Si necesitas algo llámame.

-Está bien. –Asentí, riéndome un poco cuando se fue.

Las cosas habían cambiado del todo desde que conocí a Lauren hacía unos meses, y todo había sido muy rápido. Nos veíamos en el trabajo, jugaba con mi hija, y aquél pequeño roce día a día comenzó a gustarme. Comenzó a gustarme que cuidase de esa forma de Maia, me parecía que la gente que sabía cuidar de los niños era realmente atractiva. Aparte de eso, Lauren era realmente preciosa. Y no me importaba sentirme así por Lauren, no me importaba que me gustase de aquella forma. Esta era mi vida, y yo estaba decidiendo cómo vivirla. Ni mis padres, ni nadie estaba ahí para opinar, y la verdad es que tampoco lo haría.

Bajé las escaleras y vi cómo estaba cortando algo de fruta, echándola luego en un bol.

-¿Quieres nata? Normalmente yo no como nata, pero sé que a Maia le gusta así que... -Movió el bote con la mano, y negué sentándome en la mesa de la cocina.

-La echo de menos. –Ella sonrió echándome un poco de agua en el vaso, sentándose frente a mí.

-Es normal. –Puso una mano en mi brazo, y posé la vista en ella. –Es decir, nunca he tenido un hijo, pero es normal.

-¿Qué es ese tatuaje? –Ella estiró el brazo en la mesa, ladeando la cabeza.

-Me lo hice a los 18 cuando me fichó mi primer equipo. En realidad simboliza muchas cosas. –Se encogió de hombros sonriendo, y bajé la mirada al plato con una sonrisa. –No tienes hambre, ¿verdad? –Negué arrugando la nariz, porque la verdad es que seguía con el estómago cerrado por los nervios de la operación. –No pasa nada, pero deberías dormir.

a coat in the winter; camrenTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang