Capítulo 15

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Lauren's POV

El tacto de la mano de Camila contra mi espalda me hacía no querer despertarme, y su respiración, chocando contra mi cuello provocaba que quisiese pasarme toda la mañana abrazada a ella, viéndola despertar, viéndola removerse para encontrar una postura algo más confortable, viendo cómo sus manos apretaban las mías para que la apretase un poco más. Sus labios, de alguna manera, siempre estaban mojados, carnosos, rosados, con ganas de morderlos a deshoras. Su pelo, aunque estaba revuelto, encajaba perfectamente con la templanza y serenidad de su cara, que se acomodaba sobre la almohada, justo frente a mí, sin un ápice de querer despertarse, no aún.

Pero entonces caí en la cuenta, había estado observando a Camila, a sus perfectas facciones durante un rato, pero no había reparado en que Maia no estaba. Antes de levantarme, le di un beso a Camila en la mejilla, y se removió buscando algo más el edredón para taparse.

Bajé las escaleras al salón y escuché el sonido de la tele, en efecto, cuando bajé estaba encendida. Maia estaba sentada en el sofá, mirando la pantalla con Dash a su lado pero tumbado en el suelo. Estaban emitiendo un capítulo de Tom & Jerry, y al menos agradecía que echaran en la tele dibujos decentes, en vez de esas bazofias que echaban hoy en día. Lo que más me sorprendió es que sabía encender la tele, cuando yo estuve dos días intentando aprender a encenderla y apagarla.

Maia giró la cabeza y me acerqué a la pequeña bordeando el sofá, quedando detrás.

-Buenos días, Maia. –Dije yo, revolviéndole un poco el pelo con la mano.

-Buenos días Lauren. –Respondió la niña volviendo a girarse hacia la tele, y bostecé, echándome el pelo a un lado enredándolo entre mis dedos.

-¿Quieres desayunar, enana? –Me acerqué a la cocina y puse un poco de café en la cafetera, mirando por la ventana, estaba nevando de nuevo. Las luces del árbol parpadeaban, junto con las que había por encima de la tele.

-Sí, por fi. –Respondió Maia, que me hizo sacar la primera sonrisa de la mañana.

Le puse un poco de cereales con leche en un cuenco, un poco de pan y mermelada y zumo. Probablemente, Camila me diría que eso era demasiado para ella, pero si Maia no se lo terminaba, lo haría yo.

Mientras la pequeña se tomaba el desayuno, yo bebía café viendo los dibujos con ella de pie apoyada en la mesa de la cocina. Tomé un sorbo de aquél café recién hecho, humeante, que daba olor a toda la estancia y Maia sujetaba una tostada con las dos manos para casi enterrar el rostro en esta, dándole un mordisquito. Como es lógico y normal, quedó manchada de mermelada, así que con una servilleta le limpié las mejillas.

Cuando Camila bajó, nos encontró a mí y a Maia mirando la tele mientras yo bebía café, desde la cocina. La comida de los dibujos siempre me parecía deliciosa, era deliciosa, incluso cuando era pequeña me entraba hambre viendo la tele con mis hermanos. Bebí un poco más de la taza, y al bajar la taza vi a Camila aparecer por las escaleras, recogiéndose el pelo en una coleta.

-Mmh... Qué bien huele. –Dijo ella, y moví la taza de café que estaba bebiendo, observando cómo se ponía delante de Maia en cuclillas, dándole un beso en la mejillas que hizo a la pequeña reír.

-Buenos días mami. –Camila miró a Maia que le ponía una tostada en la boca, y la mordió, dándosela de nuevo a su hija.

-Buenos días cariño, ¿has hecho tú el desayuno? –Maia negó señalándome.

-Fue Lauren. ¿A que está bueno? –Camila sonrió asintiendo finalmente, dándole un beso en la mejilla y en la frente a Maia, antes de levantarse para venir hacia mí. Antes de decir nada, cogió mi taza de café y le dio un sorbo, dejándola otra vez en mi mano para darle un beso tierno en los labios.

a coat in the winter; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora