Capítulo 47

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Lauren's POV

—¿Qué vas a pedir este año por Navidad? ¿Eh? —Pregunté a Maia que iba en mis brazos enrollada en una toalla de camino a la orilla.

—¿Ya es Navidad, mami? —La pequeña se retiró el pelo de la cara con las manitas, aunque de manera algo torpe, pero Camila ya corría para llegar y hacerle de nuevo un pequeño recogido con una de las gomillas que tenía en la muñeca.

—Claro, es Navidad. —Dije yo, y Camila cogió de las mejillas a Maia dándole besos por toda la cara, aunque la pequeña se retiró por el constante manoseo de su madre. —Creo que mamá es un poco pesada, ¿verdad?

—Tú eres pesada. —Me dio un golpe en la nuca que me hizo encogerme, pero en lugar de enfadarme, solté una carcajada. El embarazo la tenía de los nervios de una forma casi constante.

Ya se le notaba algo la tripa y es que después de cuatro meses de embarazo, comenzaban a no servirle las camisetas, y los pantalones le quedaban algo apretados, pero se manejaba bien. Aunque el apartado del sexo no tanto, porque cuando ambas queríamos, Camila se quedaba dormida incluso antes de empezar, y cuando ella quería, yo tenía que irme a entrenar, pero cuando yo quería, Camila me rechazaba poniéndome la mano en la cara y haciéndome a mí su almohada personal.

—Pediré... Un un... —Fruncí el ceño mientras Camila le recogía el pelo, y esperábamos a que terminase de hablar. —Un carrito para mi muñeca. —La dejé en el suelo, quitándole la toalla mientras ella me miraba desde abajo.

—¿Nada más? —Fruncí el ceño, cogiendo el bolso de la arena, pues ya nos íbamos a casa.

—Sí. —Maia se cogió de la mano de Camila, caminando hacia nuestra casa que estaba a unos cincuenta metros de la playa.

—Maia, cariño, puedes pedir más cosas, ¿sabes? —Le dijo Camila con una sonrisa, mientras la pequeña caminaba casi a tropezones por la arena.

—Yo voy a pedirte un hermanito, seguro que viene este año. —Dije sacando las llaves de casa, mientras Maia cruzaba corriendo el jardín para abalanzarse sobre Dash, que sin inmutarse se quedó tumbado en el césped.

—Mai, ¿vamos a la ducha? ¿Sí? —Le decía Camila a la pequeña con la mayor ternura posible, y ella asentía rápido entrando en casa. —Ten cuidado, ¿vale? Ahora subo.

—Mmh... Qué buena madre eres. —Dije sacando las toallas del bolso para meterlas en la lavadora. —Y eso es sexy. —Camila soltó una risa negando, tirando el cordón del bikini para deshacerse de la parte superior sin quitarse la camiseta.

—Para ti todo es sexy. —Metí las toallas en la lavadora y me acerqué a Camila que metió también el bikini en la lavadora, y la pegué contra la encimera, ladeando la cabeza.

—Es que tú lo eres. —Acerqué mi boca a la suya para atrapar sus labios suavemente, rozando sus labios con la punta de mi lengua, con mis manos apoyadas en su cintura.

—Shh.. No, Lauren... —Puso las manos en mi pecho con la nariz arrugada. —Tu hija está arriba y vamos a llegar tarde a cenar con tu familia.

—Vimis i lligir tirdi i cinir cin ti fimilii. —Rodé los ojos con una mueca y Camila me empujó soltando una risa.

—Eres idiota. —Estaba intentando permanecer seria, pero la sonrisa le salía aunque no quisiera.

—Iris idiiti. —Bufó sonriendo y tomó mi rostro entre sus manos para darme un beso algo más profundo, enlazando su lengua con la mía hasta separarse.

—Listo, vamos, vístete, tenemos que irnos.

—Yo sí que me estoy yendo... —Camila abrió los ojos y me puso un dedo en los labios, aguantándose la risa.

a coat in the winter; camrenWhere stories live. Discover now