Capítulo 51

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Lauren's POV

La habitación de la pequeña Lucy ya estaba totalmente preparada, entre mi padre, Chris y yo habíamos pintado la habitación de lila, un color que Camila adoraba. Montamos la cuna, una cajonera, el cambiador, y entre todos colocamos la ropita de la pequeña en los armarios. Lo único que no cabía era el enorme paquete de pañales que teníamos justo al lado del cambiador.

A Camila le preocupaba un poco cómo reaccionaría Maia ante su nueva hermanita, porque incluso se puso celosa de mí cuando empezamos a salir. Pero a mí no me preocupaba. Yo estaba enamorada de Maia, se me caía la baba al verla al igual que a mis padres.

Maia estaba de pie al lado de Camila que ya casi no se mantenía mucho en pie, pero allí estaba preparándole a la pequeña algo para merendar. Un sándwich de jamón y queso, además de un zumo de arándanos que la pequeña ya estaba disfrutando.

—No te lo bebas todo que luego no te comes el sándwich, ¿eh? —Dije yo mientras enredaba la correa de Dash en mi mano y la metía en uno de los cajones de la entrada.

Cuando Camila fue a darse la vuelta para darle el plato con el sándwich su tripa dio en la cabeza de Maia que dio unos pasos hacia atrás aturdida, mirando a su madre por eso.

—Oh dios mío. —Camila se puso una mano en la boca comenzando a reírse, inclinándose para poner las manos en las mejillas de Maia.

—Tu barriga me ha pegado. —Camila sólo se reía ante las palabras de la pequeña, dándole un apretón algo más fuerte.

—Madre mía... Perdóname cariño, es que no te he visto. —Me acerqué a Maia y la cogí por los costados, alzándola hasta que quedase sentada en la silla de la cocina.

—La barriga de mami está ya muy grande, ¿no crees? —Maia asentía mientras cogía uno de los pequeños triángulos del sándwich dándole un bocado mientras miraba a Camila.

—Sí. Mucho. —Estiró un dedo para señalarla y luego rio poniéndose las manitas en la boca.

—Mira, ven. —Camila extendió la mano para que Maia la cogiese.

Abrí la nevera y cogí una botella de aquél zumo pero con sabor a cerezas, lo tomaba desde que tenía uso de razón. Maia prefería el de arándanos por lo que se veía.

La pequeña se puso de pie justo al lado de su madre, que se levantó la camiseta y posó la manita de Maia sobre su tripa pero no decía nada. Se mordía el dedo índice un poco y miraba a su madre que frunció el ceño.

—Espera un momento. —Le dijo a la pequeña que dirigió la mirada a su tripa, y de repente apartó la mano con rapidez mirando a Camila que soltó una risa. —¿Qué fue eso? —Preguntó Camila sonriendo, y Maia negó mirándola desde abajo. —Era tu hermanita.

Maia se acercó a la tripa y le dio un beso rápido, porque según ella le daba miedo que se saliera de la barriga de mamá por aquél beso. Después simplemente me la llevé en brazos al sofá, y allí me comí la mitad de su sándwich aunque Camila me regañaba porque se lo tenía que comer entero ella, pero no le hicimos caso.

Hice que se bañase, tampoco era muy difícil porque con un simple barco de juguete y un pato de goma Maia podría pasarse horas en la bañera sin rechistar. Después yo hice la cena, pasta con tomate y jamón cocido. Camila se reía de mí porque era todo lo que yo sabía cocinar que no era verdura, y Maia me alentaba a seguir cocinando con su muñeco de Ratatouille.

Cayó rendida en el sofá mientras veía esa película, según me había dicho Camila mis padres la llevaron a su casa a la hora de comer y allí estaba Chris. Se ponía a jugar con ella a lo que fuese y daba pie a que ambos acabasen exhaustos.

a coat in the winter; camrenWhere stories live. Discover now