Capítulo 36

126K 5.9K 4.7K
                                    


Lauren's POV

—¿Hola? Soy Lauren Jauregui. Llamaba para concretar el día de la firma.

Mientras Maia pintaba sentada en la mesa de la cocina, yo miraba por el ventanal cómo las gaviotas se sentaban a flotar en el agua, y el sol pegaba fuerte aquella mañana de agosto en Portland.

—Sí, el jueves estaría bien. —Apoyé mi peso en la mesa de cristal, mientras Maia cambiaba del color rojo al lápiz azul para colorear el interior del monstruo de las galletas. —Está bien, nos vemos. —Al colgar, me di cuenta de que Dash estaba tumbado al lado de la silla de Maia. No necesitaba jugar ni nada de eso, simplemente quería estar al lado de la pequeña.

—¿Dónde está mami? —Me preguntó con esa voz pueril, sin levantar la cabeza del dibujo.

—Mami está trabajando, hoy la necesitaban en la oficina. —Respondí dándole un beso en la coronilla al pasar. —Ven al salón a pintar, anda. —Cogí la caja de lápices de colores y la coloqué en la mesa, Maia rápidamente se bajó de la silla y corrió al salón, arrodillándose delante de la mesa central de madera para seguir allí el dibujo.

—¿Puedo sentarme contigo? —Señaló el sofá, y asentí estirando los brazos para que viniese, conmigo.

La alcé y la senté en mi regazo, y Maia se recostó en mí para ver la tele. Mi brazo rodeaba su cuerpo con cuidado de no apretarla mucho. Le puse los dibujos, aquellos que tanto le gustaban a la pequeña y que siempre que podía, veía.

Un rato después, la puerta se abrió, y casi como si estuviésemos sincronizadas, Maia y yo nos dimos la vuelta a la vez para mirar a Camila que llegaba del trabajo. Una camisa blanca, unos jeans negros y el pelo recogido, y el bolso colgando de su antebrazo.

—¡Mami! —Maia saltó de mi regazo para ir con Camila, que la cogió en brazos haciendo un poco de esfuerzo.

Justo iba a levantarme cuando llamaron a la puerta, tres simples toques secos.

—Camz, si son otra vez tus padres les voy a partir la cara. —Dije señalando la puerta. Camila rodó los ojos, quizás algo irritada por mi comentario, pero era verdad. Odiaba a sus padres de todas las formas posibles.

Cuando abrí la puerta, había dos oficiales de policía frente a mí, pero no sabía por qué estaban allí.

—Mai, ve a tu cuarto. —Dijo Camila, pero debía ser una equivocación.

—Buenas, ¿puedo ayudarles en algo? —Ofrecí abriendo un poco más la puerta por si querían pasar, pero no dieron un paso.

—Buscamos a Lauren Jauregui. —El tipo me escudriñó con la mirada, y yo le eché un vistazo rápido a Camila.

—Eh... Soy yo. ¿Ocurre algo?

—Tenemos una orden de arresto por una denuncia. —Mi semblante se tornó pálido, blanco, porque no me podía creer lo que estaba ocurriendo.

—¿Qué? —Escuché la voz de Camila aparecer detrás de mí. —¿Cómo que una orden de arresto?

—Tiene una denuncia por una pelea en Miami. Por favor, si nos permite, procederemos a la detención. —Uno de los policías sacó las esposas, y me di la vuelta para mirar a Camila. Como si le pidiese perdón, como si dijese 'lo siento' por tener que ver aquello.

* * *

Los pasos en el pasillo hacían eco. Las puertas de metal chirriaban al cerrarse. Trozos de metal chocando. Lamentos de algún borracho con la voz vacía, alegando que él no hizo nada. Frente a mí, una chica con aspecto desgarbado, tenía rasgos polinesios parecidos a los de Dinah, pero en definitiva, no tenía parentesco con ella. Debían ser las seis de la mañana cuando el policía se paró frente a mi celda.

a coat in the winter; camrenWhere stories live. Discover now