Capítulo 31

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Para los que preguntabais por qué no actualizaba...

Primero, creo que necesitaba un descanso después de 30 caps sin descanso, ¿no creen? :)

Segundo, estaba en Madrid viendo a Fifth Harmony así que no pude actualizar ni este ni ninguno, lo siento.

Lauren's POV

—¿Vas a llevarme a la piscina? —Maia apretaba mi mano mientras se miraba los pies al andar.

—Claro que sí. Vamos a ir a la piscina con mamá, ¿qué te parece? —La cogí en brazos porque no paraba de mirarse las sandalias rosas de Disney que le había comprado mi madre.

—¡Sí! —Pasó sus bracitos por mi cuello, y se pegó a mí mientras salíamos a la piscina. Allí estaba Camila, que me esperaba con los brazos puestos en la cintura, con un bikini blanco, haciendo juego con el moreno que había adquirido aquellos días de sol y playa. —Esa es mami.

—Exacto, esa es mami. —Al acercarnos, Camila le cogió las mejillas a Maia dándole un besito justo en la boca como solía hacer siempre, y luego se me quedó mirando a mí.

—Deberías estar descansado, seguro que tu entrenador va a matarte si te ve aquí. —Me sujetó de las mejillas para dar un beso lento y suave hasta separarse.

—Precisamente él nos ha dado el día libre. —Respondí yo, mientras sostenía a Maia entre mis brazos que jugaba con el borde de mi camiseta. —¿Te gusta?

Chi. —Maia se pasó la manita por el ojo y luego señaló la piscina, apoyándose en mi hombro. —¿Podemos ir?

—Primero deja que te eche crema, y después vamos a la piscina. —Dijo Camila cogiendo a su hija en brazos, dejándola en el suelo.

—No me gusta la crema. —Replicaba la pequeña, mientras Camila se sentaba en el borde de la hamaca y le recogía el pelo en un moño, y yo me quité la camiseta sentándome al lado de Camila dándole un beso en el hombro con suavidad.

—Ya sé que no te gusta, cariño, pero tienes que echártela. —Maia llevaba uno de aquellos bañadores enterizos de color rosa claro con algunos lunares pequeños en blanco, y estiraba las manos hacia la cara de Camila para acariciarle las mejillas.

Tras extender la crema por los brazos de Maia, sus piernas y su cara, esta arrugó la nariz echándose hacia atrás.

—Está pegajoso, no me gusta. —Volvió a repetir, y se acercó a mí hasta ponerse entre mis piernas, señalándome sonriendo. —Lo.

—¿Qué me has llamado? —Ella se rio encogiéndose, con aquella sonrisa tímida que le salía.

—Lo. —La cogí en brazos levantándome con ella, dándole besos por la mejilla, el cuello, haciéndola reír y se revolvía entre mis brazos intentando zafarse de mis cosquillas. —¡Ay! —Decía entre risas, poniendo sus manos en mi cara para apartarme. —¡Mami, para! —Y paré, dejándole un beso en la frente.

—¿Quieres ir al agua? —Bajé las escaleras de la piscina con ella, era bastante pequeña para niños de su edad, así que simplemente me senté en el agua para que me cubriese por el pecho. Maia estaba de pie y le cubría también por esa altura.

—No quiero volver nunca a casa. —Negó con el ceño fruncido haciendo un puchero. Con la mano le mojé el pelo, y luego le apreté las mejillas.

—Aún falta mucho para que volvamos a casa. La semana que viene nos vamos a una isla muy muy chula. Mamá, los abuelos, el tío Chris, Nick... —Maia asintió sonriendo moviendo las manos en el agua rápido para salpicarme, aunque se sentó encima de mí. Levanté un poco las piernas para que el agua ya no le llegase por el cuello y la cogí de las manitas.

a coat in the winter; camrenWhere stories live. Discover now