Capítulo 48

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Lauren's POV

-¡Jauregui! –Escuchaba desde la banda, y cuando miré mi entrenadora estaba señalando a la jugadora número 3 del equipo contrario. -¡PRESIONA! ¡PRESIONA! ¡NO TIENE FONDO! –Asentí rápido a lo que me decía, y encimé a la jugadora como si yo fuera la defensa y ella la delantera.

Tenía que correr más de lo que podía hasta que en uno de los rechaces el balón me llegó a mí y comencé a correr, pasando a la jugadora de una forma estrepitosa, dejándola atrás con una facilidad pasmosa, levantando la cabeza para mirar quién había, Morgan levantaba la mano.

Chuté el balón dándole algo de parábola, de fuera hacia adentro, para que la cabeza de Alex conectase con la pelota, y rematase alto, bombeado, que acabó dentro de la red. Corrí hacia donde estaba Morgan, que se abrazó a mí para celebrarlo y froté su cabeza dándole un beso en la mejilla.

-¿No lo querías a la cabeza en tu antiguo equipo? –Ella se echó a reír dándome con el codo en el costado.

*

-Así que Balón de Oro, Jauregui. –Ashley se echaba el desodorante delante de mí mientras yo me ajustaba las zapatillas riendo. -¿Cómo has hecho eso? ¿A quién se lo has comido?

-A ti. –Dije riendo a la vez que todas mis compañeras, y ella me revolvió un poco el pelo para sentarse en el banco delante de su taquilla.

-Pero ha sido merecido. La verdad es que yo decía 'si no soy yo, al menos que sea Lauren'. –Comentó Morgan cogiendo su chaqueta, mientras yo me ponía la camiseta.

-Claro, claro. Seguro que lo decías. Lo decíais todas. –El vestuario entero se rio ante mi ironía y cogí mi bolsa colocándola debajo del brazo.

-¡No, capitana, no te vayas! ¡Te necesitamos, el barco se hunde! –Gritó Harris tirando de mi camiseta y cogí su mano rodando los ojos con una risa.

-Nos vemos mañana, mariconas. –Saqué un poco la lengua sonriendo y por fin salí del vestuario, pero aún no iba a casa.

Algunos periodistas se amontonaban en la zona de prensa, y me acerqué a ellos con una pequeña sonrisa, esperando sus preguntas.

-Lauren, ¿cómo has visto el partido? –Rasqué tras la oreja agachando un poco la mirada.

-Hemos presionado bien, hemos sabido dosificar las fuerzas y aprovechar las ocasiones de gol que tuvimos y, sobre todo jugamos como un equipo. –Giré la mirada hacia otra periodista, que sostenía el móvil frente a mi cara.

-¿Crees que te puede perjudicar el favoritismo a la hora de ganar el Balón de Oro? –Me encogí de hombros con una mueca.

-Yo sólo quiero que mi equipo gane, los premios individuales son menores. –Levanté la mirada a una de las pantallas de la sala en la que se estaba repitiendo uno de los goles que había marcado aquella tarde.

-Hay gente que dice que haces muy buena pareja con Alex Morgan, ¿qué opinas de eso? –Giré la cabeza con el ceño fruncido soltando una risa.

-Que no han visto la buena pareja que hago con mi mujer. –Me retiré y conseguí escabullirme con tan sólo tres preguntas contestadas, y una de ellas irrelevante.

Quería llegar a casa, quería ver cómo estaba Camila que últimamente tenía algunos vómitos por las mañanas y quería estar con Maia, a la que desde ayer no había visto ni había hablado con ella.

Aparqué el coche en la puerta de casa y mientras caminaba buscaba las llaves de casa con el ceño algo fruncido. En el jardín delantero estaba Dash, que ni siquiera al verme se inmutó, así que seguí el camino hasta la puerta. Abrí con cuidado, casi sin hacer ruido, y vi a Maia de espaldas con mi camiseta puesta y el 27 a la espalda. Tenía el pelo recogido en una coleta, pantalones cortos y aquellas botas de fútbol exactas a las mías. Frente a la pequeña, Camila de pie con las manos en la cintura que me miró, pero negué para que no dijese nada.

a coat in the winter; camrenOnde as histórias ganham vida. Descobre agora