No todo es lo que parece

Capítulo 2: Cambios de actitud

Un tecleo continuo se escuchaba en la habitación, cuando de pronto un chico de cabellos grises comenzaba a despertar.

-¿Cómo estás?- Gokudera no lograba identificar bien al dueño de la voz.

-Bien, creo- el sonido del tecleocontinuaba, ya cuando pudo levantarse y ver bien quien era se solprendió al notar que era su querido jefe, estaba en la computadora y estaba muy concentrado; cosa que casi nunca lo había se notaba.

- ¡Jefe! -Se levantó rápido, tanto que le dolió todo el cuerpo.

-Vuelve a acostarte, te debe doler todo, una pelea con el no tan inútil de mi padre debe ser duro, lo hiciste bien- una alegría inmensa abarcó todo el cuerpo de Gokudera.

-Gracias Gokudera, no lo había conseguido sin tu ayuda.

-Jefe, que... ¿qué está haciendo?- la respuesta fue algo aún más sorprendente.

-Solo un informe para mañana la clase de Literatura, hice el mío y el tuyo. Gracias por tu ayuda el día de hoy, logré cumplir lo que tuve que hacer, pero no pensé que harías sentir celos a mi padre por mamá- Gokudera no lo creía, donde quedo el niño inocente y tímido de esa mañana ¡el Dame por muchos años!

-Em gracias, pero si Hibari se ocupó de Reborn de seguro Reborn está molesto con usted, eh incluso conmigo- Tsuna negó con la cabeza.

-Él está ocupado con papá y con Bianqui ¡Ah! por cierto, no vas a tener que explicar lo que antes dijiste porque mamá comentó que solo le habías alagado y que sabías reconocer las buenas comidas de mamá, esos platos que hizo para el proyecto y nada que la moleste, y bueno papá... el solo pidió disculpas.

Tsuna levanto la mirada y vio que Gokudera le estaba viendo como un bicho raro.

-Em, Gokudera, tengo algo en la cara que me estás viendo mucho- Gokudera reaccionó y negó con la cabeza.

-No, no décimo lo que pasa es que está... actuando raro el día de hoy ¿pasa algo?-Tsuna se levantó y camino hasta la ventana soltando un suspiro.

-Estoy pensando en decirle al Nono que... voy a ir a verlo apenas comencemos las vacaciones- ahí había gato encerrado, algo que no le estaba gustando al peli gris.

-Discúlpeme décimo pero eso es para dentro de una semana .

-Sí, es verdad, pero necesito hablar con él lo más rápido posible- Tsuna se giró para verlo - ¿me puedes hacer un último favor?- Gokudera afirmo con un dudoso sí -Necesito que me enseñes a hablar Italiano, su pronunciación, lo más rápido posible- de pronto se escuchó como la puerta se habría y ambos regresaban a ver.

-Tsuna, oh Gokudera ya despertaste que bien, bueno como iba a decir, Tsuna necesito hablar contigo- Yamamoto preguntó, no, más bien le exigió esto con una sonrisa desinteresada.

-Claro habla tranquilamente- Yamamoto notó que Gokudera no le estaba regañando como siempre, se veía en shock con los ojos pensativos. Mejor iba directo al grano sin rodeos.

-Está bien. ¿Por qué dejaste que tu papá le pegara de esa manera a Gokudera? Y ¿Por qué saliste huyendo?- su mirada había cambiado, se le notaba serio, hasta un poco enojado

Tsuna se quedó viendo a Gokudera un rato y se dispuso a contestar su pregunta.

-Porque fue un trato entre él y yo- Yamamoto iba a protestar ¿desde cuándo Tsuna ponía en peligro a un amigo?

-El décimo me pidió que lo ayude, pero él me dijo que lo dejaba en mis manos la manera en el que lo hiciera, así que el que yo haya peleado con su padre o el que haya resultado herido no fue culpa del décimo, sino mía- la decisión de sus palabras era notoria al igual que la seriedad de su mirada. De pronto el silencio gobernaba el cuarto, ya no eran esas reuniones amistosas donde todos reían sino, se sentía el reproche, la desconfianza.