Capítulo 9: El nuevo enemigo

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Una vez que atendieron a todos, con la ayuda del personal de un hospital entero lograron estabilizar a todos, Nono logró que esto no saliera más allá de las personas que estuvieron presentes, querían saber que había pasado para poder comunicarles a las familias con la información adecuada, mas nada de lo que se encontró como evidencias sirvió para identificar a los culpables, su única esperanza para encontrarlos era que los capos despertaran, cosa que no sucedía.

Nana estaba en su cuarto, lloró  todo lo que pudo al ver a su hijo de tal manera, se había enterado de que él había salido el más perjudicado, no solo tenía el estómago cortado; tenía 8 costillas rotas, y el fémur partido en tres, su cráneo tenía fisuras por los golpes recibidos, para terminar de dar la mala noticia había perdido tanta sangre que si salía vivo de esa vez era por la telaraña que salva a la araña.

La madre angustiada, rogaba que su niño saliera vivo, su tristeza era evidente al ver las ojeras que tenía bajo sus ojos. Había pasado una semana desde ese "accidente", nadie recobraba la conciencia, Nono había ido a hablar con Nana para ver si le decían a Reborn y a Iemetsu, pero ella se negaba rotundamente.

–Por favor, que nadie se entere, si Tsuna no nos dejó que nos acerquemos a él, creo que tampoco quería que se enteren los demás.

Con un debate interno,Timoteo llegó a la decisión de que iba a llamarlos, pero antes irían ambos a ver el estado del pequeño león que dormía monitoreado por máquinas y enyesado en la mayoría de las partes de su cuerpo.

Timoteo junto a la peli café caminaron por los pasillos de la mansión para ir a las habitación del pequeño, grata fue su sorpresa al verlo despierto, con la mirada perdida en la ventana. Nana apenas vio eso, fue y le dio un gran abrazo con cuidado para no lastimarle, Tsuna se sorprendió y de la misma manera correspondió al abrazo de su madre, Timoteo estaba a punto de llorar de la alegría, Tsuna le sonrió y sin vos le dijo "gracias abuelito" y este también fue a abrazarlo. 

Cuando la emoción pasó, le hicieron preguntas de ¿cómo te sientes? ¿Te duele algo? ¿Quieres algo de comer? ¿Quieres algo para distraerte? Sin embargo ninguna fue contestada con palabras, su única respuesta era una sonrisa y movimientos leves de su cabeza afirmando y negando, Nana sintió que ese no era su niño, donde estaba esa alma inocente, esa alma temerosa, ese niño que se preocupa por otros, ese niño de sonrisa sincera y alegre. Y cuando Nana se dispuso a hablar, Tsuna miró por la ventana y con una voz muy suave pidió que no le contaran a nadie sobre lo que había pasado.

-No podemos hacer eso, tenemos que protegerte, protegerlos. Puede que ellos vengan para volver a lastimarlos, la familia Shimon también tiene que enterarse, no puede hacer esto a los demás, todos ellos tienen guardias que les protegen- Timoteo le regañó, seguramente pensaba que Tsuna dijo solo por egoísmo, o algo parecido.

-Por ellos te digo, no les digas nada, la única forma de protejerlos y protegernos es no decir nada- el pequeño y siempre tierno Tsuna había desaparecido, de él solo quedaba su cuerpo, su alma había sido modificada en una sola noche, esto, asustó a los mayores.

-Tsu-kun, mejor sería esperar a que todos reaccionen y se encuentren con sus amigos y familia, eso ayuda a la recuperación- dijo Nana, calmando totalmente sus ganas de llorar de nuevo, su corazón le decía que algo muy malo se le iba a decir.

-Abuelo- se corrigió tan pronto lo dijo -Nono... acepto el cargo como el décimo jefe Vongola, con la única condición de que no se sepa hasta que termine la escuela superior- Tsuna no regresó a ver en ningún momento a los dos adultos que, con su mirada se preguntaban por qué después de todo lo que sufrió quería convertirse en un capo. –por favor, mamá, Nono... déjenme solo- Tsuna no regresó a ver, la coleta que siempre a traía, ahora estaba suelta, tapando todo el largo de su cuello en la parte de atrás

No todo es lo que pareceWhere stories live. Discover now