Capítulo 4: Comienzo del cambio- rostro oculto

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<<Todas las personas le tienen miedo a algo, todas las personas guardan secretos, y todas las personas tarde o temprano saben que les llega él fin. >>



Sábado por la mañana, el sol resplandecía como nunca, un día bello donde los pájaros tenían toda la libertad como las nubes en el cielo y el viento demostraba su ligera pero poderosa fuerza.

Tsuna se levantó, revisó y su cuarto estaba solitario y silencioso, decidió cambiarse y bajar a tomar desayuno. Con paso lento y sin prisa caminó por los pasillos de su casa hasta que llego al comedor y se encontró a Bianqui y a Dino conversando y no como amigos, ni siquiera como conocidos sino que parecían hablar de cosas tan serias como un jefe con su subordinado 

–Buenos días- el saludo salió justo al mismo momento que un bostezo.

-Tsuna, ya veo que estás mejor, me alegro mucho, ayer casi y no la cuentas.

Dino rió mientras él se acercó a la cocina para prepararse el desayuno y Bianqui no desaprovechó la oportunidad para saludarlo.

–Buenos días, Tsunayoshi el desayuno están en el microondas.

Regresó a ver con cara de pánico –em creo que mejor lo hago yo –ella se mofó un poco y se acercó donde él –no ha de ser que le hayas puesto cosas raras .

-Tranquilo, Dame-Tsuna, yo no lo preparé, fue Nana, dijo que la disculparas porque tuvo que salir un rato, se llevó a los niños con ella-  suspiró con alivió –mejor toma el desayuno rápido- y ambos se sentaron en la mesa junto a Dino.

-Dino, tienes razón, casi y ni la cuento, si no fuera porque mamá se dio cuenta no sé qué pudo haber pasado- y comenzó a desayunar.

-Debo decirlo Tsuna, pero tu mamá es una genio- una sonrisa sincera adornó su cara mientras que el castaño comenzó a buscar algo con su mirada –si buscas a tu papá, se fue junto con Reborn, parece que él Nono les mandó una carta y solo dijeron que regresaban en la noche, mira hoy no vas a tener el entrenamiento que me dijiste ayer.

-Pero tengo que ver a Hibari, no quiero pelear, hoy tengo pereza de todo- tanto la peli rosa como el rubio se rieron a todo pulmón.

-Jajajaja mírate ahora, quien te escucha dice que no eres tú.

Bianqui estaba en lo cierto, hace tres años él diría "hiiii, Hibari quiere que vaya, si no voy de seguro me muerde hasta la muerte, ah pero lo hará igual si voy" y estaría como un perrito asustado pero ahora, decía que solo tiene pereza.

-jajajaja si Tsuna, pero mejor ve arregla las cosas que después nos vamos a comprar los libros necesarios para comenzar, sabes como la lista es larga posiblemente nos demoremos- Dino sacó de inmediato un rollito donde estaba una lista de libros, de seguro todos en Italiano.

-¿Qué voy a hacer con respecto a Hibari? - Tsuna mostró una mirada asustadiza pero al mismo tiempo tierna.

-Jajajaja ya deja de actuar que estamos solo los tres, bien sabes que si quisieras solo necesitarías 5 minutos para derrotarlo- Bianqui saco de su bolso otra lista –mejor preocúpate por nosotros que la cosa esta más dura que con Reborn- Tsuna negó con la cabeza y es que quién le mandaba a conseguir de maestros con la metodología de su tutor espartano.

Se terminó su desayuno, subió, cogió plata de un libro donde le había hecho un hueco para que cupiera los fajos de billetes que ahora estaba separando, solo cogió un monto de trecientos de los quinientos dólares, bajó corriendo. Se puso unos zapatos deportivos negros, un jean azul oscuro y una blusa negra con franjas tomates con un 10 estampado en su pecho, algo que nunca antes él había mostrado en Japón eran sus collares que lo hacía ver inrresistible. Salieron de la casa los tres para el parque donde Hibari le estaba esperando y apenas los vio alzó sus tonfas. Tsuna le sonrió y hablo en tono suave y sin preocupaciones 

No todo es lo que pareceWhere stories live. Discover now