Capítulo 3: Verdades a medias

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-Disculpen por interrumpir su programación habitual, se informa que se ha encontrado una base secreta donde se logró descubrir en una estimación de 500 kilogramos de Cocaína en las costas del Este, la policía piensa que puede ser una organización del cartel del "Corredor del sur" o de una organización de la mafia[...]- La televisión sonaba en la planta baja.

-Oh cada día se encuentran más cosas malas ¿verdad Reborn?- Nana se había asomado al escuchar esta noticia.

-No lo creo mamá, siempre han existido organizaciones así.

-Uy no, que miedo, bueno te dejo que sigas viendo la televisión Reborn, me voy a hacerle la comida a Tsuna.

Dicho esto salió de la habitación y se fue a la cocina. Reborn se quedó viendo las noticias, necesitaba calmarse, mamá estaba cerca y no era conveniente armar un alboroto más grande que el qué hacia Lambo.

-¡Ya llegamos!- los rostros de los niños y de Iemetsu se mostraron al abrir la puerta.

-Querido, me alegran que ya hayan llegado, sabes tenemos un invitado más.

Nana salía con su delantal rosa y un trapo limpiando sus manos, lucía serena y confiada, pero algo no calzaba en su rostro, no después de que su hijo estuviera tan enfermo.

-Nana ¿quién es ese invitado tan inesperado?- le dio un beso y fue a la cocina a dejar las compras.

-Etto... ¿cómo era que se llamaba?... Daniel, no, Diego...Di...Di...- se puso su dedo en el cachete e intentaba recordar su nombre.

-Nana, ¿era un poco alto, cabello rubio, con una chompa verde y con capucha, tenía muchos tatuajes y con él estaba un hombre con terno cabello negro con blanco y lentes?

-El chico rubio sí, pero no había nadie más con él- Nana le miro con reproche -o ¿es qué venían invitados y no me dijiste?- Iemetsu comenzó a sudar frio.

-No nada que ver, es que si no me equivoco es un amigo de Italia, jejejejeje - abrazó por la espalda a Nana. Desde la espalda de Nana Iemetsu miro a Reborn y asintió, Reborn hizo lo mismo.

Se bajó de su sillón y comenzó a subir las gradas con discreción y sin hacer ruido alguno, cuando estuvo cerca del cuarto de Tsuna no escuchó nada, cosa que le pareció demasiado raro, tan si quiera una risa o algo debía escucharse cuando dos personas conversan, entonces Reborn entró al cuarto y lo que vio no era lo que pensaba encontrar; en esa cama no había nadie, ni un alma. Reborn con sorpresa recorría el cuarto para saber dónde se habían metido, pero no había rastros de los dos, entonces bajó lo más rápido que pudo al patio donde de seguro estaría Iemetsu.

-¡IEMETSU! Ve a comprar un regalo para Nana, creo que ella te lo va recompensar.

El mayor vio con cara de espanto al bebé peli negro que le miraba enojado

-¡Nana ya vuelvo, te voy a comprar un regalo!- dijo en tono meloso.

-Está bien cariño, solo regresa antes de la comida.

A lo que el par solo esperó esta respuesta para salir de la casa y comenzar a caminar en dirección al parque.

-¿En dónde crees que esté?- se sentaron los dos en un árbol que sus raíces salían como sillas naturales.

-La verdad no tengo idea, no puede estar muy lejos, y además Tsuna está con fiebre, Dino no hará que él se enferme más ya que lo quiere como su "hermanito".

Sus caras lucían pensativas, hasta que escucharon una explosión cercana, ambos temieron lo peor, corrieron en dirección a la explosión y cuando llegaron no encontraron nada más que una caja de fuegos pirotécnicos de todo tipo.

No todo es lo que pareceWhere stories live. Discover now