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El sol comenzaba a salir, tome la lista y me fijé que es lo primero que podía hacer. Decidí que lo mejor seria ordenar la pieza del señor, fui a la escalera y comencé a subir cuando ya estaba en el segundo piso, cuando llegue a la habitación, entre y por suerte no estaba tan desordenado, comenzaré por la cama, la tendí y quedo bien prolija, ¿quién diría que tendería una cama y quedaría bien?, luego acomode cosas que faltaban, tome un vaso y un plato que habían en una bandeja, los tome y los lleve abajo a la cocina, luego volví a la habitación, terminé de limpiar, estaba orgulloso de mi trabajo, en verdad no pensé que podría llegar a ordenar tan bien, nada mal.

Luego de eso me acordé que en la lista estaba llevar la ropa, quedaba un poco de ropa en la habitación del señor la tomé y fui a llevarlo a la lavandería todo, bajé y me dirigí a la cocina para ver nuevamente la lista, pero no estaba, debe estar arriba, así que volví a subir, caminaba hacia la lavandería cuando siento un ruido extraño, miró hacia mis zapatos y veo agua.. ¿¡pero qué rayos!? Sigo el rastro del agua y me encuentro con la habitación de Elsa.

Toqué la puerta pero no hubo respuesta, ¿pero que estoy haciendo? debo entrar, y así lo hice, todo el piso de la habitación estaba completamente con agua, miré en la dirección y me encontré con el baño, desde allí salía el agua, el pánico llegó a mi.

— Señorita Elsa — Golpeé la puerta — Señorita Elsa — Golpeé otra vez pero no obtuve una respuesta, hasta que golpeé de nuevo — Elsa ¿éstas ahí?.

Quise abrirla, pero estaba con llave..

— Elsa ábreme — Grité Elsa.

Decidí que tiraría la puerta de una forma u otra, de la desesperación no encontré nada a mi alcance para que pueda usar, para abrir la puerta, decidí que lo haría por mi mismo, conté hasta tres y corrí hacia la puerta, pegándole con mi brazo derecho, no se abrió, volví a intentarlo, y lo mismo, lo intente otra vez, pero fallé, esta vez pensé en hacerlo con más potencia, así que tomé distancia desde más lejos, conté hasta tres y corrí hacia la puerta impactando mi brazo sobre ella, hasta que por fin se abrió.
Entré rápidamente mirando hacia la derecha y la izquierda cuando localicé la bañera, una señorita estaba en ella ¿pero qué rayos hace?, corrí rápidamente a la bañera y la saqué, no me importaba si mojaba todo, luego lo limpiaría, la tomé en mis brazos y rápidamente la llevé a la habitación, la acosté en la gran cama y fui otra vez al baño a parar la enorme canilla que seguía largando más y más agua hasta que pude cerrarla, me moví hacia el otro lado del baño y comencé a buscar unas toallas, tiré todo, pero no encontré nada, volví a la habitación y salí de ahí, corrí a la lavandería, revolví todo hasta encontrar unas toallas, las tomé como pude y corrí nuevamente a la habitación, luego hacía ella, tomé las toallas y las coloqué sobre su cuerpo, rápidamente ella las tomó y las acomodó, mientras frotaba sus brazos.
Su mojado y largo cabello tapaba su rostro, bajando por los costados de su cara, temblaba mucho y hasta note que estaba pálida.

— Ten..ten..tengo frío — Dijo con dificultad.

— ¿Necesitas más toallas? — Le pregunté dulce.

— No — Dijo — Abrázame.

Hice caso a lo que me pidió y la abraze, escondió su rostro en mi pecho y sentí un sollozo, estaba llorando, comencé a acariciar su cabello y atraerla más a mi, para que no tenga mas frío.

Cuando sentí que se movió, volvió a la posición que estaba, pero esta vez pude ver su rostro perfectamente...

— Tu.. — Dijimos ella y yo al mismo tiempo.

Ella era esa chica, ella era la chica con la que choqué aquel día, esa chica era Elsa.

La dama y el vagabundo (Jelsa) ||Adaptada|| •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora