¿Llegará Ese Día?

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Narra Elsa.

— ¡Jack! — Gritó mi padre desde arriba, interrumpiendo el abrazo.

— ¡Ya voy señor! — Le gritó Jack, haciendo que todo vuelva a estar en silencio — Hermosa — Me llamó — Prometo volver, perdóname ¿si?

— Es tu trabajo Jack — Le dije — No puedo molestarte todo el tiempo, pidiéndote que me consueles.

— Pero yo quiero hacerlo — Se rascó la parte atrás de su cabeza — No te preocupes, no me molestas — Me besó la frente.

— Espera — Tome su mano.

— ¿Si? –me miró esperando que sucedía-

— Te quiero — Lo abracé.

— También yo — Suspiró y luego subió las escaleras.

Sonreí mientras lo veía subir las escaleras, yo estaba enamorada... de él.

— Elsa — Llamó mi padre.

Gruñí — Ya voy papi — Dije y reí por mi tonto tono de voz al decir eso.

Con frustración subí las escaleras y entré en su oficina, donde Jack estaba limpiando su escritorio mientras el estaba sentado en su sofá, con su zorra al lado... quiero decir con Melanie a lado.

Miré a Jack y éste me miró también, me guiño un ojo y luego siguió limpiando el escritorio, me acerqué a mi padre y me senté en un sillón pequeño aparte.

— ¿Cómo surgió todo esto? –pregunté rápido-

— Sólo pasó cariño — Me dijo la rubia.

— Disculpa, no te estaba preguntando a ti — Le dije y sentí una risita, era de Jack.

— ¡Más respeto! — Gritó mi padre— Ella es Melanie.

— ¿y? — Le pregunté — ¿Cómo es que caíste tan bajo papá? — Le dije y otra risa se escuchó.

— ¡Basta! — Gritó y me pegó una cachetada.

Comencé a toser y luego lo observé con mis ojos hechos en furia, Melanie estaba completamente en shock, observé a Jack que trataba de calmar su alteración por lo que acaba de pasar, mi papá solo se volvió a la misma posición y comenzó a reír.

— Nos casaremos la semana que viene — Me dijo sin mirarme — Prepárate hijita querída — Me miró y me guiño un ojo.

Yo sólo me levanté hecha un mar de lagrimas y salí de ahí, corrí a mi habitación, llorando como una loca, entré y azoté la puerta, me tiré a mi cama para llorar, lo odiaba, el era lo peor.

— Shh deja de llorar — Sentí unos cálidos brazos en mi cintura, era Jack — Ya estoy aquí.

— ¿Lo viste? — Le pregunté — ¿¡Lo viste!? — Me acunó en su regazo intentando calmarme.

Cantaba una canción y por decirlo me calmo, cantaba increíblemente bello, tenía una voz hechizante y la letra de la canción era perfecta.

— No hay nadie en éste mundo que pueda igualar.

— Eres mi ángel –susurré con voz suave, pero el no escuchó.

— Tus excentricidades, tu forma de hablar si de algo estoy seguro es que te voy a enamorar no hay nadie en este mundo parecida a ti la alucinante forma que me haces feliz seguirte en tus locuras o tan sólo estar junto a ti en el planeta azul no hay ninguna como tu — Me sonrió.

— Estoy mejor — Me acomodé en su pecho.

— Me alegra — Me besó la mejilla — Enseguida vuelvo — Me acostó en la cama y salió por la puerta de la habitación.

Yo solté un profundo suspiro... de amor.

— Maldito bastardo — Le susurré a una foto en dónde estaba yo y mi papá — Algún día seré feliz... cuando dejes de pudrirme la vida — Dije y rompí la foto.

Estaba cansada de siempre lo mismo, yo siempre tenía que aguantar sus problemas, lloraba sola, tratando de imaginarme que todo era mejor, no tenía esperanza, no recibía amor, nada.

Tenia mi corazón cerrado para cualquier persona... hasta que llego él... y todo cambio.

¿Fuertes? Fuertes son esas chicas que lloran todas las noches antes de dormir pero de día sonríen como si fueran las mas felices del mundo.. y una de esas soy yo.

La dama y el vagabundo (Jelsa) ||Adaptada|| •TERMINADA•Where stories live. Discover now