La dama y el vagabundo (Jelsa) ||Adaptada|| •TERMINADA•

Sentimientos

— Elsa — Murmuraron mi nombre.

— Mmmh — Me moví quejándome mientras abrazaba mi dulce y suave almohada.

— Elsa — Volvieron a decir, podía jurar que era la voz de Jack.

— ¿Qué? — Pregunté con voz suave, ya que me estaba despertando.

— ¿Me escuchas bien? — Preguntó.

— Ajá — Dije sin abrir los ojos, pero en realidad no sabía bien lo que decía, no estaba del todo consiente, me refiero a que seguía en mis sueños.

— Debo decirte algo — Pausó — Bueno, cuando estábamos bailando en la fiesta — Pausó — Llegó el fotógrafo ¿recuerdas?

— Mmm no — Dije abriendo mis ojos, para luego cerrarlos de nuevo — ¿Qué pasó?

— Él nos tomó una foto — Tragó en gordo y dijo — Nos estábamos besando.

— ¿Qué? — Grité mientras me levantaba de golpe de la cama, a mí lado sentí como si alguien se caía hacia el otro lado de la cama, y luego escuche un quejido, era Jack que se había caído de la cama.

— Estoy bien, estoy bien — Dijo mientras se levantaba.

— ¿Cómo que nos tomó una foto besándonos? — Mis mejillas tornaron un color rojo — ¿Qué pasa si papá la ve?, en primera — Pausé y fruncí el ceño — ¿En qué momento pasó eso?

— Luego de tomar los cinco Daiquiris — Se sentó a mi lado — Creo.

— Oh — Reí — Pues eso explica todo — Pausé — ¿Y quién.. quién besó a quién?

El al oírme se puso un tanto nervioso — Pues.. los dos fuimos — Llevó una de sus manos detrás de su cabeza.

— Jack — Dije en tono de regaño — Dime la verdad, si fuí yo bueno pues era porque...

— Fui yo — Dijo — Yo te besé — Rió nervioso.

— Oh — Me acerqué más a él — Qué tierno — Besé su mejilla — Pero hay que deshacernos de esa foto.

— Lo sé — Me miró y luego plantó un pequeño beso sobre mis labios — Buenos días — Sonrió y automáticamente yo también lo hice.

— Buenos días — Dije completamente roja.

— Me encanta que te sonrojes — Me susurró.

— Basta — Dije golpeándole el hombro — Lo haces apropósito.

— Oh, claro que sí — Me abrazó — ¿Cuándo vuelve tú papá? — Me preguntó mirándome atento.

— Hoy vuelven del hotel, buscan sus cosas y se van a la luna de miel...

— Entonces, no creo, que alcancen a ver las fotos, seguramente eso lo harán luego de que vuelvan — Me sonrió mientras me acariciaba la mejilla — No hay nada de que preocuparse.

— Está bien — Sonreí — Vamos a desayunar, tengo hambre, además, me duele la cabeza.

— Uh, a mí también me duele — rió y se levantó de la cama — Vamos — Me extendió su mano y yo la tomé.

Abrió la puerta de mi habitación, salimos y luego la volvió a cerrar, después caminamos hacia las escaleras y bajamos a la sala, se escuchaba una linda música proveniente del radio y a un lado estaba Caro con la escoba moviéndose al compás de la canción.

— Oh — Dijo cuando nos observó — Buenos días — Rió — En la cocina está el desayuno, hoy es día libre para ustedes — Se dirigió a Jack — Bueno en realidad tienen dos semanas de descanso — Sonrió.

— Yo me iré a visitar a mi abuela — Dijo Rapunzel mientras llegaba a la sala con su valija.

— Nosotros nos tomaremos unas mini vacaciones — Dijeron Mérida e Hiccup cuando entraron a la sala.

— Se lo merecen — Les sonreí — ¿Y tu? — Le pregunte a Jack.

— Bueno.. yo.. creo que me quedaré aquí — Me dió un apretón en la mano.

— Genial — Le sonreí.

— Bueno nosotros nos vamos — Me abrazó — Que estén bien.

— Gracias, ustedes espero que lo pasen de lo más increíble — Les sonreí.

Y luego de unos minutos, salieron por la puerta, ellos se lo merecen, trabajan duro por todo el año, y mi papá decidió que por su luna de miel podían tomarse un descanso, pero sólo hasta que él volviera, eso significaba que podría hacer lo que quiera, y creo que Jack iba a estar conmigo.

— Es raro que tú no te vayas — Le dije cuando nos sentamos en la mesa esperando el desayuno.

— Bueno ¿tú quieres que me vaya? — Me observó.

— Claro que no — Le lancé un pequeño pedazo de pan— Tonto — Reí.

— No me voy, porqué no tengo otro sitio a donde ir — Llevó el cereal a su boca — Y quiero estar contigo, quiero aprovechar que puedo pasar tiempo contigo — Tomó mi mano — Claro que sólo si tú quieres, porque si no...

— Claro que quiero — Le sonreí — ¿Pero sabes que quiero ahora?

— Dime — Me miró y sonrió.

— Quiero que me cuentes sobre ti — Le dije y al escucharme comenzó a toser, tomó una servilleta y la llevó a su boca.

— Estoy bien — Dijo suspirando — Bien ¿Qué quieres saber princesa?

— Vaya — Suspiré — Jamás me habían llamado así.

— Oh ¿te molesta? — Me miró confuso.

— Claro que no — Le dije — Me encanta, ahora cuéntame — Tomé su mano.

— Bueno, todo comenzó éste mismo año, yo vivía con mí padre y mí madre, podría decirse que mi padre siempre quería tener el control sobre mí.. siempre me mandaba y yo estaba cansado de eso — Suspiró y sentí como me llegaba al corazón — Así que un día lo enfrenté, le dije que estaba cansado de él y de sus ordenes, me fuí de mi casa, sin antes prometerle a mi madre que iría por ella — Pausó — Con el tiempo todo se hizo difícil, no encontraba trabajo, comida, no sabía donde iba a quedarme, y así fue como me convertí en un "vagabundo" — Hizo comillas con sus dedos — O como quieras llamarme, así fue como me chocaste aquella noche.. siendo un vagabundo, un chico pobre y sucio, aun así tu fuiste muy dulce conmigo — Sonrió — Recuerdo lo hermoso que me habían parecido tus ojos, no me podía sacarlos de mí mente, no te podía sacar de mi mente.

— Jack — Dije sonriendo.

— Una de esas mañanas, estaba buscando trabajo, cuando llegué a una casa, una mujer y un hombre discutían, sobre un trabajo, escuché que el hombre buscaba un sirviente, y esa era mi oportunidad, me acerqué a la señora y le hablé con valentía, diciéndole que yo quería el trabajo, al cual me lo dieron, recuerdo la primera vez que ví a tú padre, admito que tenía miedo, tenía miedo que no le gustase y me eche rápido — Rió y yo también — Recuerdo cuando me hablaban de ti lo hermosa y dulce que eras, tenía tantas ansias por verte, por conocerte, por saber quién realmente eras — Suspiró — Hasta que por fin lo hice, fue de una manera demasiado rara, al principio no te podía ver el rostro, pero cuando volví con las toallas y te ví...

— "Tú.. — Dijimos ella y yo al mismo tiempo.

— Ella era esa chica, ella era la chica con la que choqué aquel día, esa chica era Elsa." Nunca creí — Susurró — Que me enamoraría de ti — Me miró y sus ojos brillaron.