Pelea

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—¿Es... es broma, verdad? —pregunté al ver su sínica sonrisa.

—¡Claro que no! —rió amargamente—. ¡Ya quisieras!

—¿Por qué? —pregunté sintiendo como mis ojos lentamente se nublaban por las lágrimas.

—Porque estoy arto de ti niña, sobrepasaste mis límites, un internado por un año o dos te mejorarán la educación y el comportamiento.

Estaba en shock... ¿Él realmente me está haciendo esto?
Me había dejado sin palabras, sin habla, sin respiración, sin nada.
De repente dejé de oír... lo miraba y él me hablaba con su ceño fruncido, pero yo no lo oía. Sentía como si el oído se me tapara. Vi a Mady y a los demás hablar con mi padre, él me señalaba.
Pero no sé lo que decía...

De un momento a otro, todo comenzó a dar vueltas, parecia un carrusel, me sentía mareada, descompuesta.. simplemente me sentía extremadamente mal.
Hasta que mis piernas ya no resistieron más y todo fue negro al momento en que sentí que caí al suelo.

Narra Jack.

—Elsa —oí como la llamaba— ¿Qué tal tu día?

—Estuvo bien —respondió y escuché las sillas moverse.

—¿Por qué tan lejos? —largó una risa—. Ven más cerca... debemos hablar.

—¿Qué pasa? —Elsa preguntó.

—Como te dije te daría una sorpresa —hubo una pausa—. Pásame la sal...

—Dime... cuál es la sorpresa.

—¡Pero qué ansiosa! —rió mientras se aclaraba la garganta—. Te irás a un internado en Irlanda... ¿No es una genial idea?

Fue en ese mismo momento donde mi corazón se detuvo. Esto no podía estar pasando. ¿Un internado? ¿En Irlanda?
Justo cuando estaba por salir a la sala su voz me detuvo.

—¿Es... es broma, verdad? —preguntó con voz temblorosa.

—¡Claro que no! —rió amargamente—. ¡Ya quisieras!

—¿Por qué? —preguntó y escuché como se le quebraba la voz al hacerlo.

—Porque estoy arto de ti niña, sobrepasaste mis límites, un internado por un año o dos te mejorará la educación y el comportamiento.

¡Maldito viejo, hijo de puta!

Decidí salir de allí, estaba decidido a aparecer y a dejarle bien claro a ese cabrón que hizo sufrir mucho a mi novia. No me interesa si es su padre, Elsa tiene dieciocho años y es libre de hacer lo que quiera.

—Elsa —sentía su voz más fuerte cada vez que me acercaba—. ¡No te hagas la actriz niña! ¡Mady, ven aquí niña! —me detuve un poco.

—¿Si, señor? —escuché la voz de Mady.

—¿Qué le pasa a mi hija?

¿Qué? ¿Qué sucede? Justo cuando estaba por ir a buscar a Cristina sentí algo caer al suelo.

—¡Dios mio! —la voz de Mady me llegó a los oidos y corrí a la sala.

Al entrar allí lo vi a él y a Mady con cara de horror.
Dirigí mi mirada hacia donde estaba la de ellos hasta que la vi.
Elsa tirada en el suelo, palida.

—¡Joder! —grité corriendo hacia ella.

—¿Qué crees que haces maldito niño? —gritó su padre—. ¿Qué haces aquí? ¡No te le acerques!

—Vete a la mierda, yo no voy a agachar más la cabeza, mire lo que le ha hecho... —escupí furioso—. ¡Se ha desmayado joder, Mady has algo!

Mady corrió hasta el teléfono.

—¡No! —gritó él—. No quiero más escándalos, ya va a despertar.

¿Podría haber alguien más desgraciado?

—Lo que vas a hacer Mady es llamar a la policía para que se lo lleven a él —me apunto—, de una vez por todas. ¡Jodido mocoso!

—No —voltee mi mirada a Mady.

—No voy a hacerlo.

—¿Disculpa?

—No voy a llamar a la policía porque él es mi amigo y ella —señaló a mi pobre Elsa en el suelo—, ya debe dejar de vivir este infierno, maldito desgraciado.

—¿Qué has dicho? —gritó furioso caminando hacia ella.

—¡No se le acerque! —gritó Mérida poniendose delante de Mady de manera protectora.

—¿Esto es una jodida broma?

Aproveché su distracción y tomé a Elsa llevándomela de allí.

—Vuelve aquí, niño. ¡Maldita sea!

—¡Ya basta! —la voz de Cristina retumbo en toda la casa—. Pareces un niño Agnarr. Andas con ese ceño en tu cara por todo el día, mira lo que le has hecho a la pobre Elsa, eres un monstruo, lo único que quieres es hacerle sufrir, siempre te ocupas de ello, podrías dejarla en paz e irte con tu esposa. —se quitó el delantal—. Estoy cansada de ver a esa niña llorar por tu culpa, estoy cansada de verla deprimida por tu culpa. ¡Deja que sea feliz! ¿Por qué no quieres? ¿Por qué la alejas de todo? ¿Por qué Agnarr? —suspiró—. ¿Te das cuenta que eres un viejo gruñón?

Todos mirabamos boquiabiertos a Cristina.. ¡Ella le esta diciendo todo lo que nosotros quisimos en meses!
Y lo mejor era que Agnarr sólo la escuchaba.

—¿Por qué simplemente no dejas vivir feliz a tu hija? —sonrió—. Su madre habría querido eso...

Pareció como si eso le llegara al corazón, porque tomó sus llaves... y salió de ahí.
Todos nos quedamos en silencio, yo con Elsa en mis brazos.

Cuando Mady comenzó a aplaudirle... luego se le unieron Mérida y Rapunzel. Yo lo estaría haciendo si no tuviera a Elsa en mis brazos.

¡Ella lo habia hecho! Le había dicho la verdad al jodido Agnarr Arendelle Wells.

—¿Sabías que eres la mejor? —dijo Mady y todos corrieron a abrazarla.

—No quiero arruinar el momento, pero mi novia está desmayada aquí...

Todos se dieron vuelta y corrieron a distintas direcciones.
Dejé a Elsa recostada en el gran sofá y todos vinieron, Mady trajo agua y un tempie.

(...)

—¿Está bien, verdad?

—Sí, no tiene fiebre, sólo la noticia la desmayó —dijo tocando la frente de Elsa—. Estará así un rato, supongo. —me dio una sonrisa tranquilizadora.
Largué un suspiro de satisfacción y me acomodé mejor en el sofá, había pasado un largo rato desde que Agnarr se había ido.

—Fue increíble lo que le has dicho. Fue como si le echaras la verdad en la cara, creo que le has tocado su punto débil.

—Yo desde hace muchísimo trabajo aquí... Me conoce como su segunda madre ¿lo sabías? —negué con la cabeza mirándola sorprendido.

—Siempre lo ayudé con la casa. Con todo. Fui su mucama desde siempre. Por eso Elsa me llama Nana, estoy aquí desde que ella nació.

—¿En serio?

—Sí —asintió—. Todos estos años siempre quise decirle... esto, sé que ustedes también, luego hablaré con él.

—¿Qué piensas que pasará ahora?

—No lo sé —tomó mi mano—. Pero todos estamos de tu lado y del lado de mi pequeña —se refiria a Elsa.

—Gracias Cristina —me acerqué y le di un fuerte abrazo.

—Gracias a ti Jack —besó mi mejilla y me abrazó más fuerte.

La dama y el vagabundo (Jelsa) ||Adaptada|| •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora