Capítulo 4: "La Pianista"

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"El momento en que lo conocí fue mágico. Sus ojos penetrantes se cruzaron con los míos y en ese momento lo supe, viéndolo a los ojos lo entendí todo, lo sabía y lo sentía. Me iba a enamorar de él"- Rachel.

                                                                  "Amanecer en Vancouver" escrito por Camila Cabello.

MIENTRAS EN OTRA PARTE DE MIAMI

Camila escuchaba atentamente la conversación con Ally mientras las letras de su computadora se volvían borrosas ante su vista debido a las lágrimas. Camila había intentado seguir la mentira de Jason con Ally que no le había creído ni una sola palabra. Su mejor amiga la conocía perfectamente. La música de fondo se escuchaba fuertemente.

Camila suspiró escuchando a su amiga. Sabía que Ally tenía razón en todo lo que decía. Pero allí estaba ella defendiendo a su marido ante su mejor amiga. Ally sabía perfectamente su historia con Jason. Pero lo que no comprendía es que parte de la culpa siempre había sido de Camila por no ser lo que Jason esperaba de una esposa. Era igual que su madre. Muchas veces era una inútil. Y entendía porque Jason se enojaba y perdía la paciencia.

—Ally deberías estar con tu novio y dejar de preocuparte por mí—susurró Camila con tristeza—. Yo estoy bien, estoy tratando de avanzar con mi libro. Y Jason está disfrutando de la fiesta.

—El idiota de tú marido se atrevió a decirme que te sentías mal—dijo Ally—. Te juro que yo trato de ver lo bueno en cada persona. Creo que todos tenemos algo de bondad dentro. Pero con Jason no encuentro nada bueno. No me gusta cómo te trata, no me gusta lo que te hace. Y odio que tú lo defiendas de esa forma.

—Él muchas veces tiene razón en que cometo errores—susurró Camila—. Pero no quiero hablar de esto Ally. Disfruta tú noche. Yo voy a dormir.

—No puedo creer que te dejes humillar de esta forma Camila—dijo Ally con su rostro mostrando tristeza mientras su novio le acariciaba la espalda—. Ese tipo no vale la pena. No te trata como te mereces. Es odioso y yo me siento culpable de haberlos presentado.

—No tienes que culparte de nada Ally—dijo Camila mientras suspiraba—. Las cosas son como son.

—Claro, para ti son con un esposo que te trata como...—Ally suspiró—. Tú sabes cómo te trata Camila.

—¿Podríamos dejarlo por hoy Ally? —Camila respiró hondo—. Sinceramente no quiero escuchar que me digas lo mismo de siempre.

—No quieres escucharlo porque sabes que tengo razón—dijo Ally fríamente—. Por favor Camila, ¿Qué más pruebas necesitas que lo de hoy? No te trajo ni a su fiesta de promoción. A ti que eres una mujer exitosa y llena de logros.

—Esta es su noche y no la mía Ally—dijo Camila—.Deja que disfrute con sus amigos. Se merece una noche solo para él.

—¿Qué disfrute con sus amigos? —dijo Ally sin poderlo creer—. ¿Su noche? Camila eres su esposa. Su noche la tendría que compartir contigo que eres la prácticamente lo mantiene.

—Ally no digas eso por favor—dijo Camila rápidamente recostándose en el sofá de su salón y viendo el techo con una expresión triste. Sentía el vacío de la casa que la rodeaba. Estaba completamente sola—. Sabes que no es cierto.

—Tú marido es un hombre que no vale la pena Camila. Por favor reacciona y entiende lo que te está haciendo—su voz sonó triste—. Solo date cuenta en lo que te está convirtiendo.

—Jason es mi esposo, Ally—dijo Camila fríamente—. Ahora por favor regresa a la fiesta y disfruta con tú novio.

—Pues debería darte tú lugar—dijo Ally sin contenerse—. ¿Crees que eres la única esposa que es exitosa? Solo falta que sepas quien está aquí acompañando a su esposo en este momento. Un hombre que si le da su lugar y ella es muy famosa. Incluso tú la conoces es La...—Camila la interrumpió.

Amanecer en Vancouver (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora