Capítulo 11: "Infancia"

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"Los dos sabíamos que nuestro amor era imposible. Lo supe desde el momento en que vi a la hermosa hija de mi jefe bajar de su hermoso coche mientras yo, un simple sirviente limpiaba los establos. Era la visión más bonita que hubiera visto en mi vida. Me había enamorado a primera vista de sus ojos preciosos y su sonrisa luminosa. Era simplemente preciosa."

- Pierre

"Amanecer en Vancouver" escrito por Camila Cabello.

Lauren siguió abrazando a Camila fuertemente mientras el ruido del viento se hacía cada vez más fuerte. Camila temblaba en sus brazos como una niña asustada que necesitaba protección, y Lauren se limitaba simplemente a acariciarle el cabello con ternura y susurrarle palabras tiernas al oído. Camila había sido maltratada y no por el idiota de su marido, sino cuando era una niña. Por su padrastro. Lauren cerró los ojos con horror al imaginarse que cosas tan terribles podría haber hecho ese hombre que una niña indefensa para que reaccionara de esa forma.

-Yo estoy aquí contigo Camila-dijo Lauren con la voz dulce acariciándole el cabello.

-Mi madre siempre estaba allí y jamás me defendió-la voz de Camila se escuchaba totalmente destrozada. -Perdóname por favor-susurró Camila mientras se separaba de Lauren pero otro fuerte ruido hizo que temblara incontrolablemente y se refugiara de nuevo en los tiernos brazos de Lauren.

-No tienes nada de que pedirme perdón bonita-dijo Lauren dulcemente-. Me alegra que no pasarás este momento sola ¿Te pasa con frecuencia?

-Solo con las tormentas o los sonidos muy fuertes repetidas veces-dijo Camila con ternura sin dejar de abrazarla-. Me dan muchísimo miedo y no lo puedo evitar-Lauren pudo notar que estaba completamente avergonzada cuando intento separarse de sus brazos pero ella no la dejó.

-Quédate así no me molesta abrazarte-la susurró al oído con dulzura y le acarició la espalda sintiendo profunda ternura por ella-. Quédate así todo el tiempo que necesites.

Camila cerró los ojos mientras sentía las suaves caricias de Lauren y se refugiaba en sus brazos. Camila sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Nadie la había abrazado mientras sufría sus ataques, nadie había estado con ella.

-Perdóname por juzgarte tan mal, Lauren-Lauren negó con la cabeza mientras el ruido del viento contra la casa se volvía más fuerte a medida que pasaba el tiempo. El cuerpo de Camila temblaba pero Lauren estaba allí.

-Perdóname a mí por hablar cosas que no debía sin saber lo que pasaba en realidad-Camila suspiró.

-Jason no me quiere Lauren-la voz de Camila salió quebrada-. Yo no soy digna de recibir amor porque soy una idiota.

Lauren cerró los ojos al escucharla y sintió una profunda tristeza que le desgarraba el alma. Camila se sentía tan indefensa, tan pequeña en sus brazos.

-No digas eso Camila-le acaricio la mejilla-. Todos somos dignos de recibir amor.

-Yo no, nadie me quiere Lauren soy una farsa. Escribo del amor porque es una ventana y un escape ante mi realidad tan cruel. Nadie podría amarme a mí. ¿Quién podría quererme? -su voz fue triste-. Solo mírame-se separó un poco de Lauren y se vieron a los ojos.

A Lauren se le partió el corazón al ver las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas. Esos hermosos ojos chocolate tan llenos de tristeza y desolación. En toda su vida Lauren jamás había visto unos ojos más tristes. Solo, quizás los de su propio reflejo dos años atrás cuando era una mujer rota y acabada.

Amanecer en Vancouver (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora