Corrompiendo al nerd ||Marcel Styles|| ✔️

Capítulo 69.

Narra Marcel

El viernes por la noche, Zayn estaba muy ansioso de ir a la fiesta, a diferencia de mí. Sólo voy por no ser cobarde, pero no quiero ir. La buena noticia es que Samantha estará allí.

"Date prisa Marcel." Dijo mientras se perfumaba frente al espejo.

"¿No es muy temprano aún?" Pregunté atándome los zapatos.

"No, son las 10 pm. Nos están esperando ¡Apúrate!" Exclamó.

Al llegar al estacionamiento, todo el grupo esperaba por nosotros. Vicky se había recuperado de su cuello y ya no lleva el collarín.

Mis nervios aumentaron cuando nos subimos al carro de John. Todos comenzaron a comentar lo grandiosa que sería la fiesta, y yo sólo rezo porque todo acabe pronto. Deseo estar con Samantha para aliviar mis nervios.

El viaje en carretera fue muy largo, y tengo miedo de estar muy lejos de la universidad, sólo por si ocurre algo y deba regresar por mi cuenta. Dios, espero que nada malo ocurra esta noche, amén.

"Ya saben, es una fiesta importante, aún quiero formar mi propia fraternidad, así que todos deben comportarse. Nada de quedar en ridículo, debemos agradarles." Advirtió John antes de apagar el motor.

La música hace vibrar el piso, y estamos estacionados a dos calles de la casa de fraternidad más grande de toda las fraternidades. A medida que nos acercamos puedo ver lo gigante que es la casa, y también puedo imaginar la cantidad de personas que caben en ella. Siento escalofríos.

Sé valiente, Marcel, no dejes que ellos vean lo nervioso que estás. Casi puedo escuchar la voz de Henry animándome, como siempre la escucho. Me hace sentir mejor saber que él nunca me abandona en momentos como estos. Él siempre está en mi mente, hablándome.

"No te quedes atrás, Styles." Dijo Zayn sonriendo mientras me observa de reojo, caminando de la mano con Georgia.

Todo lo que puedo hacer es rezar, y tragar saliva, antes de entrar en la mansión. La música retumba en mis oídos, y quiero cubrirlos con desesperación. Odio el ruido. Me separé del grupo en cuanto cruzamos la puerta, simplemente para buscar un lugar alejado del estéreo y todo el ruido. Llegué a la cocina, con ganas de vomitar. No me estoy sintiendo bien desde que salimos de la universidad, creo que todo es gracias a los nervios. Tengo un mal presentimiento, un horrible presentimiento.

Estaba metido en mis pensamientos, cuando unos brazos se envolvieron en mi cintura. Me estremecí con el contacto.

"Soy yo, bebé." Suspiré de alivio al reconocer la voz de Samantha y me giré para quedar frente a ella y darle un fuerte abrazo.

"Gracias a Dios." Dije respirando el olor de su cabello, sin dejar de abrazarla.

"¿Estás bien?" Negué con la cabeza.

"Quiero vomitar." Ella se apartó del abrazo, frunciendo el ceño.

"¿Has bebido algo?" Volví a negar.

"No, pero me siento enfermo de estar aquí. El ambiente no me gusta. Tengo miedo, estoy aterrado." Confesé. Acarició mi mejilla con cariño y cerré los ojos disfrutando de su caricia.

"Todo va a estar bien, estás conmigo. No te dejaré solo en ningún momento." Abrí los ojos para deleitarme con su mirada. Y sin pensarlo dos veces, la besé.

Me sentí mucho mejor después de sus reconfortantes palabras.

"Vamos a divertirnos, remplaza el miedo por diversión." Asentí con la cabeza, estando de acuerdo.

"No me dejes solo allá afuera." Ella sonrió.

"Nunca." Tomó mi mano, entrelazando sus dedos con los míos.