10. Mi mejor amiga.

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-¿Psique Davis? –inquirió Hugo, sorprendido-. ¡No te creo! ¿En serio?

-En serio. Está como toda una acosadora, todo el tiempo revoloteando alrededor mío... hasta creo que prefiero a Samantha, ya que al menos su forma de ligar tan evidente me advierte lo que va a hacer, Psique simplemente invade mi espacio personal y... me da ESAS miradas, ¿me entiendes?

Hugo se recostó hacia atrás, apoyando todo su peso en sus codos.

Estábamos bajo un árbol a orillas del Lago Negro. Era mi lugar favorito de todo Hogwarts, luego de la Torre del Reloj, y todo el mundo lo sabía, así que si querían encontrarme simplemente deberían pasearse por allí: exactamente lo que Hugo había hecho. Según él, hacía mucho que no teníamos una charla de primos.

-¿Miradas insinuantes? ¿Trata de desnudarte con los ojos? ¿Te viola con los ojos? ¿Te secuestra con los ojos?

Golpeé a Hugo en los bíceps ya que no dejaba de reír escandalosamente. Sus rizos cayeron sobre su frente mientras trataba de controlarse y aproveché el hecho de que se había retorcido sobre su estómago de la risa para golpearlo en el cuello como se lo merecía.

-Si sigues así de estúpido, no te contaré a quien besé.

Su rostro se transformó repentinamente en uno serio y trató de escarbar dentro de mí con la mirada. Se sacudió las manos repletas de gramilla en sus pantalones del uniforme y finalmente se sentó, para que quedáramos exactamente a la misma altura. Hugo tenía sus piernas mucho más largas que su torso, lo que explicaba porque, al estar sentados, parecíamos tener la misma medida.

-Si es Alice no me sorprende, primo -suspiró y volvió a recostarse sobre sus codos-. Ya estaba agradeciendo al cielo que no habíamos hablado de ella...

-En realidad, tú la sacaste a colación porque yo no pensé en Alice ni un solo segundo.

Hugo frunció el ceño.

-Besé a Paris.

Se incorporó sobre su torso a una velocidad impresionante que asustaba. Tenía sus ojos abiertos como platos y todas sus viriles facciones desencajadas. Parecía a punto de vomitar el desayuno de la impresión... razón por la que me hice a un lado.

Aun así, su reacción no había sido algo que no imaginé. Scorpius y Rose habían actuado exactamente de la misma manera para después gritar de alegría.

-Es una broma –me aseguró, sacudiendo su cabeza en desaprobación. ¡No lo creía!

-Claro que no. No mentiría con algo como eso.

-Vaya... ¡Ya era hora! Apuesto a que te correspondió enseguida y tragaron la lengua del otro –exclamó rápidamente, entrelazando sus manos unas con otras de forma que parecían dos bocas-, se volvieron súper locos del deseo y lo hicieron junto al Lago Negro, bajo la luz de la Luna Llena mientras los hombres lobo aullaban y los gemidos...

-¡HUGO! –chillé, golpeándolo en la frente para que se detuviera-. Ya cálmate, idiota... apenas y fue un beso, solo un simple roce.

-El que Paris correspondió –volvió a afirmar.

-Fue algo pequeño... pero sí, ella cerró los ojos y se vio totalmente dispuesta a que lo hiciera.

Me rasqué la nuca, nervioso, recordando la forma en que las pestañas de Paris tocaban sus pómulos mientras yo me iba acercando cada vez más y más a ella. Aun podía sentir la suavidad de sus labios y como sentí el corazón desbocado nada más percatarme de lo que había hecho.

-¡Al fin! –exclamó mi primo, alzando sus brazos para luego tirarse hacia atrás, recostándose completamente sobre el césped-. La tensión sexual nos estaba matando a todos.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelWhere stories live. Discover now