44. Tremendamente empalagoso (Parte 1).

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¡Miren ese hermoso tráiler! Vuelvo a agradecer mil veces a LittleWriter202, porque está preciosísimo. Por razones que no sé no se puede ver en el celular, pero les aseguro que les conviene encender la computadora y verlo. Les encantará ❤

El capítulo es dedicado tanto para ella como para dmendozas cuyo comentario en el capítulo pasado fue mi favorito. Enhorabuena porque ya se merecía la dedicación desde hace muchísimo!!!

Les tengo una larga nota OBLIGATORIA DE LEER al final de la segunda parte del capítulo, que subiré entre mañana y pasado.

CAPÍTULO FINAL (1/2)

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CAPÍTULO FINAL (1/2)

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—Pase —escuché a través de la puerta.

Una vez la crucé, mis ojos dieron de lleno con James. Estaba admirándose frente al espejo, con unos relucientes zapatos lustrados, su cabello típicamente despeinado (revuelto por sí mismo de lado al lado mientras hacía poses) y un lujoso traje con un único problema.

—A que estoy hecho un bombonaso —me dijo socarronamente.

No pude evitar soltar una carcajada. Una expresión ofendida acudió a su semblante y distinguí que yo no le hacía mucha gracia.

—Pareces un nene.

—¿Y eso por qué?

—Tienes los bolsillos del traje hacia afuera.

La tela blanca arrugada sobresalía por la rendija de ambos bolsillos traseros. De solo imaginarlo, todo altivo y egocéntrico caminando hacia el altar con eso en el culo, podía escuchar el coro de todas las carcajadas de los invitados, y eso me hizo arrepentirme de haberlo advertido. Jo, podría haber pasado un buen momento.

—¡Oh, claro! —rezongó, arreglándose el detalle que remarqué con una mueca bochornosa que no podía ocultar—. ¡Ahora hasta te ríes de mí y todo!

Me lancé a la cama con expresión risueña, pero rápidamente me recompuse y me senté en una orilla, alisando mi traje. Si tenía una sola y diminuta arruga, mamá me mataría..., o lo que era peor: Amelie. Más vale que su boda saliera perfecta hasta en esos diminutos detalles o sino no quería ni imaginar la venganza que cobraría.

Para empezar, al mediodía, mientras todos estaban tensos en el almuerzo y yo mantenía mi actitud animada y confiada de la última semana, casi cometí el error de mencionar que Amelie estaba más gorda en frente de ella misma. Gracias a Merlín que no había escuchado y que Lily me había amordazado con una simple agitación de varita, ya que de otra forma ni siquiera habría podido sobrevivir para el casamiento de mi hermano.

A ver: era bueno verse aumentar unos kilos para una embarazada, pero no para alguien que estaba por enfundarse en su vestido de bodas esa misma tarde. Por suerte, mi inteligente y muy querida Paris ya lo había previsto en un principio y, sin decirle nada, aplicó un par de hechizos a las telas cuando mi cuñada no estuvo presente.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz