21. No estoy seguro.

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-A ver, Potter, si tanto sabe, sorpréndame.

Me mordí el interior de la mejilla tratando de soportar la bronca y la impotencia. Mi semblante se transformó en uno serio y desafiante. Lo odiaba, en serio, aún más que Ethan Corner.

Me arremangué las mangas de mi camisa y con un cucharón de gran amplitud cóncava, serví parte de la poción en el frasco. Sentía a Scorpius aguantando la risa a mi lado y a Colin Creevey riendo sin disimular en la mesa de los Gryffindor.

-Aquí tiene -estiré el frasco hacia Marcus Flint, quien lo recibió con una discreta sonrisa fingida.

Ni siquiera me salía fingir para agradarle y el hecho de que mis amigos se rieran de mi seriedad me irritaba más de lo común. Hasta podía ver a Rose tratando de no reír en la mesa paralela a la nuestra.

Merlín, solo había intercambiado una única palabra con Scorpius, no era para que me confiscara el trabajo. El resto de la clase estuvo hablando toda la hora, pero no, Flint tenía que vérselas conmigo.

Maldita la hora en que estuve con Theresa Flint.

Consecuencias de ser un mujeriego.

Por otro lado, estaba alegre de que sus amigas hubieran dejado de molestarme. Al parecer, el hecho de que Alice y yo habíamos vuelto había acabado la ilusión de algunas de las chicas que gustaban de mí: era séptimo año, así que ya todos tenían asumidos de que era la hora de encontrar la pareja definitiva para el resto de la vida.

Pero yo cada vez estaba menos seguro de eso. Y me estaba volviendo loco.

Pensando justamente en eso, cuando salí del aula me encontré a mi novia, esperándome con una sonrisa inmensa. Se acercó a mí y me dio un corto y casto beso en los labios antes de tomar mi mano y jalar de ella camino hacia los jardines de Hogwarts.

-¿De qué clase vienes? -le pregunté bajando el sendero del Lago Negro.

-Defensas Contra las Artes Oscuras. Harry me felicitó por mis hechizos no-verbales.

Le sonreí sinceramente, tratando de despejar mi cabeza. Me sentía completamente fuera de lugar, como si mi cuerpo estuviera aquí pero no mi mente.

-Ay, por favor, no sabía que un profesor pudiera tener tanto favoritismo -le dije, fingiendo reproche en mi voz. Alice rio y me tapó la boca con una mano.

- Shhh, silencio, que alguien puede oír que tengo un suegro que me regala buenas notas.

Pasé mis manos por su cintura para acercarla más a mí y luego dejé un beso en la palma de su mano para que la corriera. Ella acurrucó su cabeza sobre mi hombro y empezó a arrancar pequeñas hierbas del suelo.

-Estaba pensando en que si nunca nos hubiéramos peleados, tendríamos ya un año de novios.

Por alguna razón, eso me aterró. ¿Un año de novios? Eso parecía un montón, además, habían pasado tantas cosas durante este año...

Desde Elvendork comenzando a formar parte de la familia hasta Lily llevándose mal con Charlotte McLaggen, lo que en cierta forma intervenía en mi relación con Alice. También estaba yo, comenzando a ser un mujeriego; Scorpius, Hugo y Rose odiando a Alice y alentando a Paris... ah, y el puto beso con mi mejor amiga.

¿EL? Te corrijo: LOS.

Como sea, pero de cualquier forma eso había cambiado absolutamente todo, hasta la relación con mi hermana. ¡Ahora Lily se creía con la capacidad de darme consejos amorosos! Los que, por cierto, sólo eran: "Alice es fea, déjala" porque tenía la misma y limitada inteligencia que mi hermano para poder dar buenas y coherentes razones.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelWo Geschichten leben. Entdecke jetzt