42. Bajando abajo.

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Capítulo dedicado a newyorkcitty, mi querida Paula ❤ que está presente desde tiempos remotísimamente lejanos!!!! Creo que fue una de mis primeras amigas en todo Wattpad, así que muchísimas gracias por seguir estando TheMorsmordre 🎈

EL RETO SIGUE EN PIE.

Queda solo un capítulo luego de este, después el final dividido en dos partes y finalmente el epílogo. No puedo ser más precisamente triste.

(Para que vean que no soy cruel por naturaleza les dejo una foto súper cute. Sino, les pondría un cachorrito llorando.)

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—Hola.

Al otro día no recibí una respuesta. Ni el día siguiente a ese, ni al otro. Cuando llegué al quinto día de espera entendí que, probablemente, nunca obtendría una contestación, ni siquiera una patética carita sonriente dibujada.

Sin embargo, ese día en que había enfrentado y asumido la dura realidad, una posible respuesta se me presentó personalmente en la puerta de mi casa.

—Hola —repitió con insistencia.

Sus ojos azules se cernían con impaciencia en mi rostro desorientado. Estaba seguro de que quería darme una cachetada (otra) para que reaccionara.

—¿Qué haces aquí? —inquirí hostilmente.

—¿No me invitarás a pasar?

Con un gesto irritado, giró su cabeza a un lado para que su coleta de cabello blanco descansara en su hombro. Me hice a un lado, dejándola entrar sin evitar el hecho de sentirme extrañado.

¿Qué hacía Gaia Turner en mi casa cuando últimamente no me soportaba? Bien, supe que quiso ayudar a Ethan en su momento a filtrar mis cartas en la maleta de Paris, pero eso no evitaba que olvidara la cachetada que me había propinado en el Gran Comedor y el obsceno dedo mayor que me había dedicado en las canchas de Quidditch.

No estaba demasiado a favor de mí. ¿Qué hacía? ¿Venía a pedirme que me alejara aun más de Paris? ¿Que dejara de acosarla con estúpidas cartas que nunca serían respondidas?

Oye, no te creyó acosador cuando le mirabas el curo las veinticuatro horas del día. Despreocúpate.

La guie hacia la Sala de Estar, ya que la cocina estaba repleta de los preparativos de la boda. Es más, las mujeres estaban tan alteradas que a veces se escuchaban sus gritos desde la planta alta. Además, no quería cruzarme con mamá, con eso de que el casamiento se avecinaba, estaba más irritable que de costumbre.

—¡Eso me parece asqueroso! —escuché gritar a Hallie.

—¡Pues, acostúmbrate porque irá! —bramó Lily.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora