18. Celos (3/3).

4.4K 336 220
                                    

POV Alice.

-Espérame, compraré una bebida.

Solté un suspiro resignado, estaba por llegar tarde y no podía permitir que pasara. Demasiado había tenido que soportar a Jenna éstas vacaciones como para que ahora también arruinara mi llegada al colegio.

Mi hermano me sacudió el cabello como si fuera un perro y lo miré molesta. Con eso no iba a reparar el odio que estaba comenzando a tenerle a su nueva novia... ni a la anterior ni la anterior a esa.

Mi única excusa es que era una persona demasiado celosa.

Cuando Jenna salió del local con una Coca-Cola en mano, me dieron unas tremendas ganas de rodar los ojos. ¡Todas las personas amando esa mierda de gaseosa cuando no hacía más que llenarte de calorías y abrirte un hueco en el estómago!

Pero ojalá que Jenna se infectara de gaseosa y dejara de gustarle a mi hermano.

¡Yo era su nenita! ¡Yo, yo, yo!

Enfurruñada, seguí avanzando rápidamente hacia la pared 9 3/4. Había perdido de vista a papá hacía ya mucho tiempo, así que esperaba encontrarlo al otro lado.

Sin embargo, cuando crucé, lo primero que mis ojos captaron fueron unas lindas orbes esmeraldas, con las comisuras de sus ojos algo arrugadas por estar riendo. Sus dientes eran blancos e impolutos y todo en él gritaba perfección... no me había dado cuenta de cuánto lo extrañaba hasta que lo vi.

De pronto, una mano de sacudió frente a mi vista y me obligué a apartarla para encontrarme con Troy Spiegelman, que me sonreía divertido.

-Le avisaré a Albus que te devuelva los ojos.

Me había hecho buen amiga de él a principios de este año por razones inexplicables. Era un buen compañero y extremadamente sociable con todo el mundo.

Entonces, vi que sus ojos se habían dirigido hacia mi novio... o, más bien, a la persona que reía junto a él: "Cesita".

-Oh, pues yo le avisaré a Paris que te devuelva los tuyos -lo reté, cruzándome de brazos.

-No puedes culparme. ¿Acaso es un delito mirarla? -inquirió-. En todo caso, mejor dicho, es un delito que ella sea tan perfecta.

Y, esa era una de las tantas razones por las que odiaba al mundo por conspirar en mi contra: me recordaba cada mísero segundo que yo era relativamente insignifcante.

Insignificante para mi hermano porque Roxanne tenia unos lindos ojos azules y porque Jenna tiene unos preciosos pómulos. ¿Y en donde estaba yo ahí? ¿Acaso no era su hermana que siempre había estado para él?

Pero quien más rebajaba mi autoestima era, definitivamente: Paris Peyton. Ella era todo lo que cualquiera quería tener y sentía que a cada segundo me robaba lo único que en este momento me hacía sentir algo mejor de lo que era, lo único que me importaba infinitamente tanto y que terminaba perdiendo por mis estúpidos celos: Albus.

Entre tantos pensamientos, lo perdí de vista. Peyton estaba allí, en el mismo lugar de antes, hablando con Amelie Moore si no me equivocaba. En cambio, Albus...

Unas manos me cubrieron los ojos y por su singular olor y textura me di cuenta inmediatamente de quien se trataba. Una sonrisa se extendió en mis labios y en cuanto me soltó sutilmente y pude ver frente a frente sus bellísimos ojos. Recordé que éramos novios y que, por lo tanto, podía besarlo en cuanto se me antojara.

Lo tomé de la nuca, acercando mis labios a los suyos, pero...

-¡HEY!

Peyton. Interrumpiendo momentos, como siempre.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelWhere stories live. Discover now