Todo Potter tiene su pelirroja.
Eso creerías, si no conocieras a Albus Potter. Aunque, para su hermano James, él no es del todo un Potter.
Una de sus razones para decir aquello, es que Albus es un Slytherin. Y según James, ser una serpiente, es to...
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―¿Qué ocurre, Paris?
El Fénix no dejaba dar alaridos, girando sobre la vara de soporte a la que se agarraba. Parecía más estresado, contento e hiperactivo de lo que yo estaba hoy.
Y sí. Ayer había dejado a Alice, después de tanto tiempo. Hoy por fin me decidiría a contarle a Paris y, entonces, todo cambiaría. Aunque me sentía algo asustado creyendo que no iba a llegar a salir bien, tenía que admitir que la espera me mantenía ansioso y desesperado.
Prácticamente había dormido tan solo una hora y aun así estaba de buen humor.
¡Ahora eres una persona normal!
¿Qué tiene de malo ser antipático?
Que solo gente como Alice se te acercaría.
¿Con eso quieres decir que Paris no me aceptará?
No. Paris es rara. Si se hizo tu amiga en un principio y también te besó...
¿Dices que ella podría gustar de mí?
¡Pues claro que gusta de ti!
Paris volvió a soltar otro chillido, reclamando mi atención. Estaba tan ensimismado en mis pensamientos y consciencia que hasta el Fénix lo había notado. Volví a mirarlo de forma rara porque no entendía sus actitudes aún, pero entonces, con un alarido algo hastiado, se soltó de su soporte y voló hacia la ventana sobre el ropero por la que Paris y yo habíamos escapado a principio de año. Parecía hace tanto...
Vi lo que quería enseñarme: al otro lado del vidrio había una pequeña lechucita blanca que golpeaba reptidamente con su pico para que la dejara pasar. Con un movimiento de varita, quité el seguro y el pequeño animal atravesó volando la habitación, con una carta demasiado grande para él atada a su pata.
Cuando finalmente se quedó quieto, depositó el sobre en mi litera y pasó a apoyarse sobre la la pata de mi mesilla de noche. Intrigado, despegué la solapa.
¡Albus, querido hermano!
¡Estás cordialmente invitado a mi casamiento con mi bolita de miel!
Agh. Qué asco. Eso sonó muy Dean y Kyle.
Como sea. Lo que queremos decirte es que separes un traje para el mes que viene o ya lo vayas comprando porque adelantamos la fecha. Así es.
Principalmente cambiamos la fecha porque la panza de Amelie aún no ha crecido suficiente y tiene miedo de que lo haga para entonces. Y, por otro lado, Hallie parece a punto de explotar en cuestión de segundos, así que es mejor asegurarse a que sí o sí va a poder ir a que tener que arriesgarse de que se cree un inconveniente en la boda o que tenga que llevar al bebé de unos pocos días.
