Christopher Wells nunca pensó que April Jones quien es su mejor amiga, se volvería algo más para él. Luego de su "incidente" su amistad ya no volverá ser igual ¿o sí?
Melanie Wells nunca pensó que aquel chico quien ha sido su compañero de clases po...
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Capitulo largo, espero lo disfruten.
Christopher.
―¡Christopher atrapala!―Gritó mi compañero, el balón paso por sobre mi cabeza y todos rieron así que corrí para ir a buscarlo, entonces levanto la mirada encontrándome con un hombre alto, estaba cruzado de brazos mirándome con una sonrisa.
¡Es el hombre que papá no me dejo saludar!
Alzo mi mano en forma de saludo y el se acerca mirando por ambos lado de la calle antes de cruzar y acercarse a mi.
―¡Christopher vamos!―Gritó mi otro compañero, tomo el balón para ir con ellos pero entonces me detengo al oír la voz del señor.
―Hey, pequeño.―Me giro hacia él y se pone de cuclillas, miro hacia atrás a mis compañeros que se apresuran en entrar al salón, pero me acerco al hombre y me sorprendo ver su cicatriz debajo de su ojo.―¿Te gusta?―Pregunta refiriéndose a ella y yo asiento.―Me la hizo mi mascota cuando yo era niño, ¿tú tienes mascotas?
―Mi perrito Black se fue, mi papá me dijo que se fue al cielo.―El hombre menea la cabeza y me mira con tristeza.
―¿Te gustan los chicles?―Sacó de su bolsillo de su chaleco un chicle.
―Mi mamá dice que no debo aceptar cosas de extraños.―El asiente con un puchero.
―Soy amigo de tu padre, Cameron y yo fuimos juntos a la escuela.―Dice y esta vez lo miro con emoción.―Ten.―Me ofrece el chicle y yo lo tomo, el sonríe y se levanta.―Ve al salón, campeón.
Así me dice mi papá, que yo soy su campeón.
―Gracias, señor.―El asiente y vuelve a cruzar la calle, mientras camino a mi salón abro el chicle y me lo meto a la boca.
Minutos después comienzo a sentirme mal, mis ojos pesaban y se cierran por si solos, en cualquier momento iba a quedarme dormido y en ese momento la profesora se acerca a mi.
―Vamos Christopher, vienen por ti.―Miro a mi profesora, o digo nada y tomé mi mochila.
Mi mami ya está aquí por mi.
Cuando salgo a la entrada no era mi mamá la quien me buscaba sino que Jonathan, sonreí y corrí para ir abrazarlo a lo que él correspondió.
―¡Volviste!―Grité, pero el no dijo nada.
―Nos vemos mañana, Christopher.―Se despide la profesora.―Hasta luego señor Smith.
Cuando la profesora volvió a entrar Jonathan me suelta y se me queda viendo fijamente a los ojos, iba a acariciar su rostro, sus heridas pero me aparto la mano de un golpe.
