Christopher Wells nunca pensó que April Jones quien es su mejor amiga, se volvería algo más para él. Luego de su "incidente" su amistad ya no volverá ser igual ¿o sí?
Melanie Wells nunca pensó que aquel chico quien ha sido su compañero de clases po...
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Melanie.
Desperté hace no más de diez minutos, había confirmado que si me encontraba en la habitación de James y no tenía muchas ganas de salir de aquí porque me siento muy avergonzada de mi misma. Y me he prometido a mí misma que nunca volveré a beber de la manera descontrolada en que lo hice.
Tal vez a la próxima despierte en habitación de un chico desconocido.
No recuerdo demasiado de lo que sucedió anoche pero definitivamente no hubo nada entre James y yo porque sigo con mi ropa puesta a excepción de mi chaqueta y zapatillas.
Con las yemas de mis dedos me acaricio la cien, la cabeza estaba a punto de explotarme. Me levanto y me encuentro con mi celular sobre el escritorio, lo reviso y no tengo ninguna llamada de mis padres pero me di cuenta que alguien si lo había llamado a él.
¿Habrá sido James?
<<¿Lo crees? Tu padre se volvería loco...>>
Cierto, debió haber sido Edith.
Me pongo mis zapatillas y entro al baño, me lavo la cara con agua fría y cepillo mi cabello con mis dedos para hacerme una trenza de lado. Me miro en el espejo y me levanto un poco la blusa, mi madre no puede verme estos moretones.
Suelto un suspiro y cojo mis cosas, salgo de la habitación pidiendo que no me encuentre con James, bajé por las escaleras y antes de que pudiera salir de la casa Edith sale de la cocina.
―Linda, ¿Cómo amaneciste?―Preguntó, dejando una bandeja con algo caliente sobre la mesa.―Te llevaba una sopa de pollo, para abrigar el estómago.
¿Sopa de pollo?
"Dile a Edith que me prepare una sopita de pollo..."
"¡Me encanta la sopita de pollo!"
"Ok, le diré a mi abuela que te prepare una sopa de pollo..."
"En estos momentos te ves patética, Wells..."
¡Oh dios mío pero qué vergüenza!
―O-oh muchas gracias.―Dije, avergonzada.―Me duele un poco la cabeza.
―Tengo aspirina, te iré a buscar una.―Dice, con una sonrisa.―¿Podrías ir a buscar a mi nieto a la habitación? Está en la del fondo, dile que el desayuno ya está listo.
No puedo negarme ¿verdad?
―Claro.―Murmuré.
Me giro en dirección a las escaleras, cuando me encuentro ya en la planta de arriba me dirijo a la habitación que me ha indicado Edith. Doy unos golpecitos en la puerta y abro con cuidado encontrándome con James únicamente vestido con un pantalón chándal negro y su torso al descubierto. Él no se ha dado cuenta de mi presencia, no pude evitar mirar su espalda, tenía un tatuaje en su omóplato derecho que consiste en un reloj con números romanos y una hermosa rosa.
