Epílogo.

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Melanie

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Melanie.

Dos años después.

28 de Febrero del presente año.

"Feliz cumpleaños, mi querida Mel, me siento triste de no poder estar por primera vez hoy en tu cumpleaños pero quiero que sepas que te adoro y que hoy disfrutes este día con tu familia".

Sonreí al leer el mensaje de texto que recibí de mi mejor amiga Rebeca. Hoy oficialmente cumplo veinte años y mis padres han prometido celebrarlo a lo grande aunque por mi parte no estaba interesada en una fiesta sino que compartí en familia.

Tenía más de tres meses sin ver a mi mejor amiga, desde que se fue a la Universidad estatal de Washington a estudiar diseñadora de moda como su madre. Nos veíamos cada vez que podíamos, los fin de semana cuando ella podía venir a ver sus padres o a fin de mes cuando yo podía ir a la capital a verla. La extrañaba demasiado, no es lo mismo sin ella aquí pero el lazo que nos une es muy fuerte y ni siquiera la distancia nos podrá separar.

Iba a dejar mi celular a un lado pero vuelve sonar el tono de que un mensaje nuevo ha llegado. Entro a los mensajes encontrándome con un mensaje de Jared.

"Feliz cumpleaños número veinte pequeña, espero de corazón que en este día tan hermoso disfrutes junto a los seres que más te aman y te deseo los mejores éxitos de este mundo".

Jared Evans, se había ido a New York como había prometido y jurado a sus padres, aun no se casaba con aquella chica pero si la he visto en revistas de cosméticos y realmente es muy guapa, espero que él pueda encontrar la felicidad que se merece. Cuando viene a la ciudad nos viene a visitar, salimos a comer, charlamos hasta que tiene que volver a su nueva ciudad.

Esta vez hice el móvil a un nado y dirigí mi vista hacia la puerta donde mis padres entraron con un pastel de cumpleaños y con dos velas del número 20 ya encendidas.

― ¡Feliz cumpleaños princesa!― Gritaron ambos con emoción.

― Mamá, papá...― Sonreí.

― Cameron toma una foto, hija pide un deseo antes de soplar las velitas.― Mi padre sacó su móvil del bolsillo preparado para tomar la foto.

Llevo un mechón de cabello a la parte de atrás de mi oreja y mi madre acerca el pastel y cierro mis ojos para pedir un deseo. Los vuelvo abrir y soplé con todas mis fuerzas.

― Gracias.― Les gradecí, sonriendo.

― Ven aquí mi niña.― Mi madre dejó el pastel sobre la mesita de noche y me envuelve en sus brazos a lo que mi papá se une también.― ¿Tienes que ir a la universidad hoy cariño?

― Tienes derecho a faltar solo hoy por ser tu cumpleaños.― Agregó mi padre y yo ruedo los ojos al separarnos.

― Me encantaría papá, pero hoy les prometí a mis compañeros que estudiaríamos para el examen de administración de recursos humanos que es la próxima semana.― Hago un puchero.

Choose Me. Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz