Capítulo 25.

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¡Capítulo dedicado a MarisolFerreira1!

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¡Capítulo dedicado a MarisolFerreira1!

Melanie.

―¡Melanie!―Escucho gritar a mi padre desde la planta baja.―¡Rebeca ya está aquí!

Demonios...

Me siento bruscamente en la cama y mi amiga entra a la habitación con una expresión seria, cierra la puerta y se para a los pies de la cama cruzándose de brazos.

―Beca...―Ella alzó una ceja.

―Vas a darme una explicación de por qué demonios no fuiste a esa fiesta y lo peor es que dejaste a Max plantado.―Oigo perfectamente su tono de voz lleno de furia.―¡Debes estar agradecida que no le dije nada a tus padres!―Chilló, cierro mis ojos por unos segundos y luego los vuelvo abrir, salgo de las sabanas para sentarse en forma de indio.

―Tuve una emergencia.―Murmuro.―Alguien me necesitaba.

Es domingo por la mañana, no había llegado tan tarde de la casa de James pero si me dormí pasado las tres de la madrugada ¿por qué? Porque en mi cabeza no podía dejar de pensar en todo lo que contó sobre su familia, en la forma en como me miraba y en cómo me abrazo llorando en mis brazos.

―¿Y quién te necesitaba, eh?―Agacho la mirada un momento.―¿Dónde estabas? Ni siquiera contestaste mis llamadas.

―Estaba con James.―Confieso.―Su abuela me llamó muy preocupada, fui a verlo y estaba muy mal y me quede junto a él.―La expresión de Rebeca paso de molestia a asombro.

―¡¿Te fuiste con James!?―Muerdo mi labio inferior.―¡¿Es que tú estás loca o qué!? Te vi llorar por él, te vi como los malditos celos te comían al verlo besarse con esa mojigata en los pasillos del instituto.―Espetó molesta.―¡¿Qué mierda sucede contigo!?

Es la primera vez que se enfada conmigo de esta manera, Rebeca y yo hemos sido compañeras desde la secundaria y ambas hemos compartido clases con James y nunca le agrado, tampoco es que le haya hablado pero siempre me contaba que él era un chico extraño y mala clase pero nunca le prestaba atención hasta hace muy poco.

<<Dile que te gusta y ya. >>

Lo sabe.

<<Vuelve a repetírselo. >>

―No entiendo por qué reaccionas así, sabes que me gusta y mucho.―Le digo con el tono de voz más frio que puedo adoptar en estos momentos, tampoco voy a permitir que me grite.

―Te va a romper el corazón, Melanie.―Me señala con el dedo, yo trago nerviosa y me levanto.

―Voy a ducharme, no tardo.―Cogí ropa y me encierro en el baño.

Me duche, me vestí y cepillé mi cabello para luego salir y encontrare con Rebeca sentada en el borde mi cama con una de sus piernas cruzadas mirándome aun con molestia.

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