Capítulo 30.

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Dedicada a @Maiibarra.

Dedicada a @Maiibarra

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James.

―¿Dónde está ese muñequito?―Preguntó la mujer, me cubro la boca con ambas manos para no soltar un sollozo.―¡Muñequito!―Gritó.―Vamos a buscarlo a fuera, aprovechando que la loca de su madre no nos está viendo.―Incitó a su acompañante.

Cuando veo que ambas salen de la celda salgo de mi escondite secreto, quito las lágrimas de mis mejillas y me asomo para confirmar que ambas mujeres se habían ido. Entonces corrí, corrí lo más rápido con el corazón en la garganta en busca de mi mami para que ella pudiera protegerme, pero por más que corriera, el camino seguía siendo eterno y quería seguir llorando como el niño débil que soy.

―¡Mamá!―Grité al verla en una esquina sentada abrazada a sus piernas meciéndose.―¡Mami!―Volví a llamarla pero volví a ser ignorado.

Me pongo de rodillas a su lado quitando tomando su delgado brazo para pasarlo por sobre mis hombros y me acurruco a ella, dejando mis lágrimas salir. Mi mami dejo de mecerse y por primera vez siento como acaricia mi cabello.

―Shhhh pequeño...―Murmuró.―Shhhh...―Repitió.

―M-mami...―Sollocé.―Ellas me volvieron a tocar...―Digo con voz suave.―Pe-pero no te preocupes mami, haré todo para que no te lastimen...―Las lágrimas llegaron a mis labios y me abracé más a mi mami.―Yo voy a cuidarte.

Entonces las vi, ellas me vieron a abrazada a mi madre y sin ningún cargo de conciencia volvieron a mi tomándome de los brazos llevándome junto a ellas, sin chillar, sin patalear, miro por sobre mis hombros a mi mami quien me miraba sin ningún tipo de expresión...yo, yo solamente le sonríe.

Abro mis ojos abruptamente con la respiración agitada, el corazón parece estallarme en el pecho. Y con cuidado me siento en la cama apoyando mis pies descalzos en la alfombra.

Las horribles pesadillas que padezco hace un par de años han vuelto más a menudo. El mismo sueño una y otra vez, las mismas mujeres persiguiéndome para abusar de mí, el mismo frio, el espanto, la angustia y...la desesperación por no ser salvado por la mujer quien me dio la vida me destrozaba por dentro.

Cierro mis ojos por un momento intentando poder calmar mi corazón, pero parece que mi corazón no quiere calmarse. Entonces recuerdo lo sucedido con Melanie ayer ¿por qué lo hice?, ¿por qué tuve que mostrarme a ella de esa manera tan miserable?, tal vez Rebeca tenga razón y no merezca tener su corazón.

Decidí no asistir a clases, me comporte como un idiota con ella ayer y me deje llevar por los malditos celos de tan solo saber que estaba con Max.

Cogí mi móvil que estaba sobre la mesita de noche y me encuentro con unas cuantas llamadas perdidas de mi mejor amigo y un mensaje de Eich.

Eich:

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