4. De maletas y equipajes

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Adelaide

Fred y George no dejaban de aventar cosas desde la puerta hasta el largo pasillo. Una montaña de ropa crecía como la nieve en ventisca.
Mamá se acercaba desde las escaleras su sola presencia amenazaba a los gemelos de quitar el monstruo de ropa que estaban formando.

—¿Oigan no tendrán unas sandalias que les sobre?—preguntó Henry asomándose desde el marco de la puerta de mis hermanos gemelos.

—¿Tenemos algo George?—le preguntó Fred.

—No me parece que no...—contestó George mientras se acariciaba la barbilla como si hiciera la hipótesis de algún crimen—. ¡Espera!. ¡Tenemos algo!—le dedicó una mirada cómplice a Fred quien asintió sabiendo perfectamente lo que decir.

—Nos sobra.......¡Esto!—dijeron a la par.

Entonces fue cuando vi como un calzón volaba con la libertad de un ave desde las manos de George hasta la cabeza de Henry, tenían buena puntería, la prenda se quedó quieta entre la nuca y la frente de mi hermano menor, quedándole como un sombrero.

Henry exclamó enojado y los gemelos se tiraron al suelo de tanta risa que les causaba.

Mamá llegó hasta las afueras de la habitación.

–Chicos, ¡¿qué sucede aquí?!. ¿Porqué hay tanta ropa tirada?—preguntó mamá apuntando hacia el montón de ropa—. ¿Acaso hay un muerto abajo de todo eso?.

—Si—contestaron sonriendo Fred y George.

Mamá les dedicó una mueca divertida.

—Tienen que ordenar todo esto chicos—ordenó mamá.

—Mamá. George me lanzó.....—comenzó a acusarlos.

—Henry, cielo. Ya sé que quieres que te compre más ropa, pero ponerte un calzón en la cabeza no va a servir como protesta. Quítate eso y mejor ayuda a tus hermanos a recoger esto—le dijo mientras le acariciaba la mejilla.

Mamá aveces daba por confundir los hechos. Pero aún así era la mejor mamá del mundo.

—Es genial cuando mamá le grita a alguien más, hace un gran cambio—dijo Fred.

Todos andábamos muy apurados, papá buscando cosas entre las cajas del garaje; como las sillas para playa, mamá organizaba sus post it que utilizaba en cualquier momento que le surgiese la inspiración para su escritura, Daniel era el mas organizado de la familia, todo estaba listo en torno a él así que estaba en su cuarto practicando el bajo.

Yo me dejé inundar por las preocupaciones pensando que sería feliz con mi música, audífonos y una bolsa de panditas, pero mis padres insistieron en que revisara de nuevo la maleta. No es que esto sea Los Juegos Del Hambre pero aún así hay que estar preparados, y viniendo de una familia de médicos ya se imaginarán que el ambroxol y el paracetamol, nunca han de faltar.

Tras un rico desayuno preparado por papá, metimos las cosas a la camioneta.
Era curioso la forma en que viajar provocaba cierto ánimo en la familia. Hace un día todo el clan se tardó dos horas en estar todos arriba de la camioneta y en cambio ahora estaban todos listos, sentados e incluso con el cinturón de seguridad puesto. Claro seguían siendo ellos mismos, Henry disfrutaba de su actual lectura "El Hogar de Miss. Peregrine", Fred y George estaban descalzos, molestando  con las agujetas de sus tenis la oreja y la nariz de papá desde la parte de atrás de su asiento, el pobre de mi padre a menudo se dormía en el asiento del conductor mientras esperaba al resto de la familia, y Daniel estaba recargado sobre la ventana con los brazos cruzados y los ojos cerrados escuchando música  de sus audífonos, el volar lo ponía un poco nervioso.

💕𝑬𝒔𝒑𝒊𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑨𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 ✰︎ೃ °➫ 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂 Where stories live. Discover now