31. ¿Ensayo de boda?.

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Adelaide

🎶Chasing cars. Snow Patrol🎶 (Multimedia).

La Mañana.
Palabra que en ese momento mis ojos contemplaban y mi corazón lo presenciaba.

Palabra que jamás aprecié hasta ese momento.

Cuando abrí los ojos, supe que ese firmamento era lo que deseaba ver cada mañana al despertar.

—Thomas—susurré mientras lo abrazaba.

Despertar y encontrarte con su mirada era sentir que te cuidaba, que velaba tus noches y vigilaba tus sueños.

El sol bañaba la habitación dándole la bienvenida a un nuevo día, la calle estaba vacía y parecía ser un día frío pero el sol resplandecía como nunca lo había hecho antes.

La vida y el mundo nunca cambiarán, lo único que puede cambiar es la forma de verlo.

Es cuando comienzas a descubrir cosas de las cuales jamás te habías percatado antes, cuando comienzas a apreciar los pequeños detalles de la vida, desde una mañana soleada hasta un par de ojos almendrados que ahora te miran despertar.

—Buenos días—saludó tras darme un tibio beso.

Sonreí y le devolví el saludo.

—¿Cuánto tiempo llevas despierto?—pregunté moviendo ligeramente las cobijas.

No estaba acostumbrada a sentir el cuerpo de alguien tan cerca del mío. Pero.... por él, bien podría acostumbrarme a eso.

—Lo suficiente para verte despertar—dijo tiernamente esperando que me creyese su historia de príncipe encantador.

Levanté una ceja, curiosa de la verdad, le piqué la punta de la nariz esperando su declaración.

—Está bien...—rodó los ojos—. Tu perro me despertó. Me lamió la cara.

Solté una risa y como si supiese que estábamos hablando de él, mi perro Lucky se subió de un brinco a la cama. Se metió entre nosotros dos y de inmediato le acaricié la enorme panza.

—Lo bueno fue que no lo confundiste conmigo—bromeé.

Thomas delató una sonrisa culpable y risueña. Puse cara de ofendida, me había confundido con un perro, en eso él comenzó a reírse y yo tomé mi peluche de hipopótamo y comencé a golpearlo ligeramente con este último.

La guerra se hizo presente.
Él tomó la almohada que había utilizado para dormir y yo seguía con mi peluche como arma. Mi cuarto que durante la madrugada había estado en la sinfonía del sonido de nuestras respiraciones y el silencio de la noche, ahora se llenaba de risas y ladridos de mi perro, quien se revolcaba en la cama, como si jugase también nosotros.

Lucky comenzó a lamerle la cara a Thomas y él no paraba de reír.

—¡Eso es trampa!—decía entre risas—. ¡Está de tu lado!.

¡De repente!.

—Adelaide, cielo, ¿con quién hablas?.

💕𝑬𝒔𝒑𝒊𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑨𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 ✰︎ೃ °➫ 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂 Where stories live. Discover now