39. Love Story

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Adelaide

Me detuve un momento. Contemplando las aguas del lago, mi mirada se quedó descansando. Traté de valorar todo el sufrimiento de Bash, el como probablemente debía de sentir que ahora todo se venía abajo. Guarde silencio por unos minutos, como si fuese mi señal de luto al amor que algún día existió entre él y yo.

Tenía esperanza de que algún día todo esto acabara bien. No supe cómo interpretar nuestras acciones hacia él. Probablemente fue la manera más lastimosa que pudimos haber escogido, pero había cosas peores, que él solo lo descubriera. No lo sé. El acto de cobardía se disfrazaba de valentía.

Sé que debí de estar feliz, porque al fin mis cadenas dejaban de sostenerme en la mentira, pero realmente no podía ocultar que no lo estaba del todo. Ahorita probablemente debí de haber huido con él y no tras de el que abandoné. Pero en fin, nuestras decisiones no son siempre como esperábamos.

Tantos problemas qué hay en el mundo, hambre, pobreza, crimen, y yo preocupándome por algo tan estúpido como lo es el amor. Hay personas que lo que menos quieren que les suceda, es lo que les sucede, pero hay personas más suertudas que eso que pensaban que era lo peor resultó ser lo mejor.

Entonces la sonrisa que debía de salir a escena desde hace un par de minutos, llega por fin.

—¡Chicos está por acá!—escuchó el grito de Fred acercarse desde lo lejos.

Oigo el correr de sus pisadas hasta mi. Están felices. Creí que no les agradaría del todo mi decisión ya que elegí al que tenía la idea que les caía peor, Thomas. Pero parecían contentos.

—Eres muy valiente hermanita—me dijo George.

—Creí que terminarías con el estúpido de Bash—admitió Daniel.

—Pero creí que el estúpido era Thomas—dije sonriendo.

—Digamos que llegamos a un acuerdo—Henry levanta la mano y hace una seña que indica dinero.

Abrí los ojos sorprendida, eran capaz de llegar a un acuerdo de corrupción con cualquiera en menos de cinco minutos.

—No es cierto—le dio un ligero codazo Daniel a Henry.

—Es solo que nos dimos cuenta que...—los ojos de George se cristalizaron—. Si tu estás feliz aún así sea con es suricata, nosotros también lo estaremos.

Solté un par de lagrimas y todos nos abrazamos. Amaba esos abrazos en donde casi te asfixiaban tus hermanos.
Tras limpiarnos las lágrimas, caminamos abrazados de regreso a la fiesta.

Muchos de los invitados se acercaron a mi, el precioso altar había adoptado la fachada de un centro de convenciones. La gente iba y venía, hubo momentos en los que me sentí como un artista siendo entrevistado por miembros de la prensa. Tenía aproximadamente a once familiares y amigos alrededor mío, preguntando y dando su opinión respecto al final de la ceremonia.

Busqué con la vista a Thomas pero no había rastro alguno de él, ni de Dylan, de pronto logré ver a Chuck. Pedí permiso para apartarme de los invitados y llegar así hasta Chuck quién estaba platicando con Henry, ambos comiendo dulces y postres de la barra de golosinas.

—¡Chuck!—volteó hacia mi—. ¿Has visto a Thomas?.

Chuck miró a Henry sospechosamente, pero después sonrío y negó con la cabeza, Henry se alzó de hombros mientras tomaba un sorbo de su bebida de jugo de mora azul. Algo escondían.

—No...no lo eh visto—dijo y se llevó otro pandita de goma a la boca.

—Bueno—dije mirándolos sospechosamente—. Ahora vengo.

💕𝑬𝒔𝒑𝒊𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑨𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 ✰︎ೃ °➫ 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂 Where stories live. Discover now