10. Los chicos de las penumbras

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Thomas.

Algo dentro de mi se aplacó. Sabia que cuando Dylan ocupaba aquel tono de voz y esa mirada regia era porque decía la verdad. Había alguien aya afuera.

Parte de mí agradeció que por fin algo de acción había empezado. No se trataba de que fuera un bárbaro salvaje que extrañaba patear traseros, no, era simplemente que cuando vives en medio de la acción la paz y la estabilidad se vuelve un verdadero castigo.

—¿Entonces que demonios esperamos?—exclamé entusiasmado—. ¡Vamos a investigar!—me levanté de mi asiento y fui en busca de mi Glock 17, me cambié de ropa, intercambiando las bermudas por jeans, para poder esconder entre los bolsillos el arma.

—¿Bien quien viene conmigo?—les pregunté al salir de la habitación.

Hubo un silencio mortífero por parte de ambos. Chuck estaba dudoso lo delataba al agarrarse la barbilla, pero en cambio Dylan se acomodó en el sofá con la computadora arriba de las piernas, no tenía la menor intención de ir.

—Tranquilos. No se peleen por ir—comenté sarcásticamente.

—Yo me quedaré aquí—anunció Dylan—. Necesitan que alguien les de indicaciones.

Chuck volteó a verlo con recelo. Sabia a que se debía esa mirada que le causaba que sus regordetos cachetes se tornaran en rojos dando la forma de dos manzanas, él era el vigilante no Dylan.

—¡Pero tu no eres el vigilante!-le reclamó—. ¡Soy yo!.

—Lo sé Chuck. Pero yo empecé siendo un vigilante como tú. Se perfectamente lo que hay que hacer. ¡Además ve esto como una oportunidad!. ¡¿Qué acaso no quieres ser un cazador algún día?!.

Dylan dio justo en el clavo. Chuck alzó la mirada orgulloso.

—Tienes razón querido amigo Dyly. Iré contigo Thomas.

—Bien—asentí listo para entrar en acción-. Entonces andando.

Tan pronto y nos terminamos de poner los comunicadores y el micrófonos, salimos del lugar. Dylan había reparado en que el sujeto armado ya se había alejado y ahora se estaba dirigiendo rumbo a la piscina principal del hotel. Eran ya pasadas de las nueve. Dudé mucho en que el sujeto quisiera ir a un chapuzón, además la alberca ya había cerrado, estaba solitario con las únicas iluminaciones puestas por parte de las antorchas hawaianas y las luces del suelo y del interior de la alberca.

Caminábamos a paso medio entre la vegetación del hotel con la voz de Dylan en nuestros oídos derechos dictándonos nuestros movimientos.
Chuck marchaba a mi lado, estaba sudando como un pavo en día de gracias. Podría deberse a los nervios que sentía o al calor del maldito lugar. Podía percibir el sonido del vuelo de los estúpidos mosquitos al entorno de mi rostro. Nos adentramos en un sendero que a la entrada de este había un letrero de madera clavado en la tierra húmeda del suelo, el cual decía "piscina principal". Penetramos entre la flora del lugar, el sendero era de madera simulando un viejo puente, y las plantas se alzaban a tus costados imponentemente, algunas pequeñas otras gigantescas, casi del tamaño de un árbol, lo único que iluminaba el camino eran las luces del suelo, parecía una verdadera selva, no me hubiera extrañado el ver un jaguar o el oír de un grito de Tarzan.

—O...o... Oye Tommy—me habló Chuck tartamudeando—. ¿Quién crees que sea el sujeto?.

—No lo sé Chuck. Hay muchas posibilidades.

Y vaya que las había. Podría tratarse de un enemigo de Dylan o mío, o viéndolo del lado optimista podría tratarse de un compañero que estaba de vacaciones o a cargo de otra misión. ¿Quién sabe?.
En este mundo del manicomio los normales son los locos.

💕𝑬𝒔𝒑𝒊𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑨𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 ✰︎ೃ °➫ 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂 Where stories live. Discover now