38. Perfect

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Adelaide

—Yo me opongo—reiteró sus palabras.

Era Thomas.
Parado en medio del marco del inicio del altar.

Los invitados voltearon hacia el camino de dónde provenía la voz. Exclamaron al ver y al oír sus palabras saliendo de su boca. Permanecí callada con las manos temblorosas.

—Thomas—logré pronunciar su nombre en cuanto lo miré ahí parado esperando entusiasmado el momento para poder hablar.

La gente permaneció en silencio mirándonos, como si fuéramos los villanos de algún cuento de hadas.

—No puedes hacerlo Adelaide. No te cases—dijo muy seguro de si, como si sus palabras fueran tan filosas como cuchillas y tan rápidas como flechas para clavarse en el pecho de Sebastián.

—¡¿Que haces aquí?!—le gritó Bash—. ¡No puedes venir a interrumpir esta boda!.

—¡Vaya que puedo!—le amenazó fulminando su seguridad con su oscura mirada—. ¡Y es lo que voy a hacer!.

Algunos presentes exclamaron, y unas señoras alarmistas se llevaron la mano al corazón o al pecho.

—No. No puedes. ¡Tu la acabas de conocer!. ¡Llevo planeando esta boda desde el día en que la conocí!—exclamó Sebastián y yo podía claramente ver como su mirada y rasgos se iban transformando en el retrato vivo de un asesino. Ya sabía lo que Thomas sentía por mi—. Siete.... ¡Más de siete años de conocernos!. ¡¿Tienes idea de cuanto es eso Sanderson?!—entonces Bash me jaló fuertemente de la mano y me hizo girar de nuevo hacia el altar—. Prosiga padre—le pidió tratando de calmarse e ignorar la presencia de Thomas.

Bash me tomó fuertemente del brazo y me obligó a girar junto con él de nuevo hacia el altar.

—Lo lamento pero tengo que oír el porque de la objeción del muchacho y la negación de Adelaide.

Sus palabras resonaron en mi cráneo como una oración. Nos dejaría hablar.

—¡No!—objetó Bash—. ¡Él no tiene ninguna razón!—lo señaló con desprecio y rencor.

Sin embargo el sacerdote ignoró la reacción de pánico de Bash.

—¿Porque la negación de que se realice este sagrado matrimonio?—le preguntó el sacerdote a Thomas.

—Porque ella me ah hecho sentir y decir algo que nunca creí ser digno de pronunciar. Me niego ante la idea de este matrimonio porque..... Porque la amo. Porque..... Estoy enamorado de ella.

Nuestros ojos se tornaron cristalinos, la seguridad y honestidad con la que lo había dicho hizo que los sistemas de mi cuerpo se quebrantaran, podía oír mi jalar de aire, el latido salvaje de mi corazón como el de un caballo de guerra.

—¡Pero ella me ama a mí!—gritó Sebastián e incluso uno que otro invitado se tapó los oídos para que su grito no dañara sus oídos.

—¡¿Cómo lo sabes?!—preguntó Thomas burlándose de él—. Ella es la única que realmente lo sabe.

—¡Esto no es un juicio!—exclamó Bash con una sonrisa que parecía haberse dibujado con sangre en su rostro—. ¡Es una boda!.

🎶Perfect. One Direction🎶(Multimedia).

Bash levantó las manos al cielo, como suplicando que un rayo le cayera a Thomas.

—Adelaide. Se que soy un cobarde, que no soy el chico que te regalará flores, que jamás te dirá o escribirá poemas, o él chico que es bueno en cumplir promesas, pero si buscas a alguien a quien atropellar, o alguien con quien perderte en el camino, que le haga bromas a tus hermanos, quien te acompañe a asaltar casas, y huir en carritos de golf o de guardias de seguridad—soltamos ambos una risita al recordar por todo lo que habíamos pasado, pero su rostro después se volvió serio—. Entonces soy el chico perfecto para ti. Me rendiría si no me dejaras tocarte una vez mas porque sé que te puedo sentir con el simple hecho de poder verte. Disfruto cada momento en que estoy contigo, incluso si en este momento me dijeras que no, incluso lo disfrutaría, porque sería honesto y sabría que serias feliz con él y entonces yo seria feliz. Y sabes algo, me vale un maldito comino si el resto del mundo nos entiende o no—tomó una ligera pausa para mirarme en total silencio—. Honestamente no creo que lo hagan, pero aún así ya seremos dos contra el mundo. Porque desde que supe quien eras supe que todo estaba hecho para ser roto, pero tu uniste las piezas e hiciste un castillo con ellas. Y aquí estoy, como un maldito imbécil ante ti. Sé que en este cuento yo soy el villano y él el príncipe, y tú... Tu eres la reina. Puedes hacer que me corten la cabeza o que me llenen de coronas y tronos. Pero tu... Tú decidiste salvarme. Tú me salvaste del laberinto de lo que creía que era una buena vida. Tu eres la cura de mi egoísmo.

💕𝑬𝒔𝒑𝒊𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑨𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 ✰︎ೃ °➫ 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora