30. Una ncoche con él

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Adelaide

Pasaron dos o tres días, en los que ninguno de nosotros mencionamos palabra alguna con respecto al secuestro. Días aburridos en los que me conformaba con fingir una enfermedad para no salir de casa y para que Bash no me visitara.

Pero a pesar de todo era inevitable...

—¡¿Dónde está mi hermosa princesa?!.

—Bash—logré saludarlo, mientras abría la puerta de la casa y miraba su cara sonriente desde el marco de la puerta.

Como ya era su costumbre pasó sin pedir permiso, traía consigo un mundo de cosas en diferentes bolsas de plástico y cartón. Me besó a la fuerza y me preguntó cómo seguía de salud. Yo aún traía pijama y el pelo amarrado en un coleta hacia atrás. Si iba a fingir, iba a fingir bien, además cualquier pretexto para usar pijama todo el día es válido.

—Por lo visto ya sigues mejor, no tienes ojos rojos, ni....—si, es lo malo de cuando vives con una familia de médicos, actuar una enfermedad se vuelve más difícil que un examen de aritmética aplicada.

—Si bueno ya sabes el descanso hace milagros.

—Me alegra oír eso—contestó desde la cocina, lugar a donde se llevó una de las bolsas que cargaba consigo, la plantó encima de la barra y comenzó a sacar las cosas que traía, desde gomitas de dulce hasta zanahorias.

—Y...¿qué haces aquí?—le pregunté tratando de no oírme molesta por su presencia, era claro que no deseaba compartir el resto de mi vida con él pero seguía siendo mi mejor amigo y siempre lo sería.

—Bueno, me harté de oírte solo por llamadas y de ver tus mensajes así que dije: Bash, si tu linda prometida no puede ir a verte ¡entonces ve tu a verla!—dijo felizmente, mientras seguía sacando sus compras. Yo le dediqué una media sonrisa.

Me acerqué hacia él y recargué mis codos sobre la barra mientras jugueteaba con una de las papas que había comprado.

—¿Y para que es todo esto?.

—Me extraña que lo preguntes—levantó una ceja extrañado—. Voy a preparar la sopa de verduras que tanto te gusta.

Sebastián siempre había mostrado ser mejor en la cocina que yo, solía prepárame aquella sopa cuando éramos amigos y me enfermaba, el resto de la tarde era ver series como " Doctor House " o " Bones ".

Incluso cuando éramos solo amigos veíamos aquellos maratones junto con mis hermanos, quienes en ese entonces no lo molestaban, ya que solo lo veían como mi amigo. Desearía regresar el reloj a esos tiempos.

—Gracias Bash—le sonreí recordando todas esas tardes de risas y juegos.

—No es nada amor.

Aquella ultima palabra, tiene el poder de embellecer o de envenenar sentimientos, en nuestro caso, era la segunda opción.

La sonrisa se me borró del rostro como una respuesta fallida de alguna pregunta.

—¡Y adivina qué!—continuó diciendo Bash, sacando de las repisas de la cocina los diferentes sartenes y ollas que emplearía.

—¡Vamos a ver maratón de Bones!—exclamé
entusiasmada—. Porque si es así ahora mismo subo a avisarle a Henry para que nos acompañe a verla.

💕𝑬𝒔𝒑𝒊𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑨𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 ✰︎ೃ °➫ 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂 Where stories live. Discover now