50. Despertar

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Adelaide

El sonido de los aparatos sube del tono al percibir mis alteraciones cardíacas. Siento como si tuviera un peso sobre mi cuerpo. Me hace falta aire. Siento el sudor recorrer mi frente. Puedo imaginar perfectamente el estiramiento máximo de los dedos de las manos y de los pies. Logro abrir los ojos.

Me falta aire, sin embargo traigo puesta la mascarilla de oxígeno. Me hallo a misma en un cuarto de paredes blancas de hospital, es de mañana, la luz del sol entra por la única ventana del cuarto. Mi cuerpo reposa sobre una cama de hospital. Las manos se me tensan ante la idea, por fortuna logró mover mis extremidades sin sentir dolor alguno, solo debilidad.

Mi último recuerdo era la sangre de Thomas pintando mis manos.
¿Acaso Bash también me había disparado?.

Mi cuerpo comenzó a retorcerse desde su centro mismo ante la idea. Pero entonces él se percató de mi estado.

—Tranquila, Adelaide. Ya todo está bien.

Noto que Daniel me está apretando la mano con fuerza. De pronto es como si toda mi resistencia y voluntad se desplomara sobre una capa de gravedad. Me relajé al notar la presencia de mi hermano. Traía su bata de Doctor, entonces la teoría de que probablemente me dio un paro cardiaco pasa por mi mente.

Pero algo es diferente, Daniel se ve varios años más joven, también noto que ya no lleva la barba que solía traer desde los últimos, desde el bautizo de Luke y Leia.

Al recordar sus nombres, la piel se me enfría tanto como la de un cadaver, ¿cómo les iba a decir que su padre había muerto?.

Le hago una seña a Daniel con los ojos para que me quite la mascarilla de oxígeno, y él lo hace. Tras respirar profundamente y tomar suficiente fuerza para hablar me animó a conocer el sonido y el estado de mi voz.

—¿Porqué estoy aquí?—logré decir sin trabajo alguno, mi voz tampoco sonaba extraña, solo débil, pero la sensación era aún más extraña, el movimiento de los músculos de la boca resultaban como algo que había olvidado hacer desde hace tiempo, era como si no hubiese hablado en años.

—Todo está bien...—siguió tranquilizándome Daniel.

—No entiendo lo qué pasa... ¿Dónde está él?—preguntó y de nuevo el fantasma de su rostro y sus cuerpo ensangrentado se hace presente en la galería de fotos de mi mente.

Daniel, tomó una larga bocanada de aire para después soltarla como si lamentara sus palabras.

—Fue un delirio Adelaide. No sé de quién hablas pero todo lo que piensas ahora fue un sueño—dijo y sentí como mi presión aumentaba de forma dramática—. Estuviste en coma durante dos meses. Tuviste un accidente automovilístico. Un chico chocó contra tu auto el día doce de Noviembre de este año. Ambos sobrevivieron, no hubo necesidad de operarles el cerebro, no fue tan grave solo que el impacto los sometió en un profundo coma.

Todo había sido un sueño inducido por un estado de coma.

Había sido tan real. Que incluso pude ver la marca en la almohada de mis lágrimas al vivir el sueño. No sabía que pensar, estaba impresionada y absorta ante lo que me dijo Daniel. Soñé fragmentos de toda una vida a su lado, para darme cuenta que en la vida solo eran piezas de un rompecabezas destazado.

—Si te preocupa la escuela, no hay nada de que preocuparse. Te dejarán hacer exámenes para reponer los meses y poder graduarte con todos.

💕𝑬𝒔𝒑𝒊𝒂𝒏𝒅𝒐 𝑨𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 ✰︎ೃ °➫ 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora