Thomas Sanderson: uno de los mejores agentes secretos se verá envuelto en la aventura de su vida, al aceptar una misión que le dará la oportunidad de obtener el cargo que tanto desea; pero no será fácil. Todo cambiará cuando se enamore de la chica q...
El horizonte se vistió de fiesta. El altar colocado en medio del bosque daba la ilusión de estar dentro de un cuento de hadas. Velas y luces de pequeños focos iluminaban el bello lugar. Entre luz y tonos verdes de la naturaleza, tus ojos se perdían.
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Todos los invitados estaban listos incluso el novio esperaba que le dijeran que estaba lista la novia para colocarse en su lugar y dar inicio a la ceremonia religiosa. Aris estaba listo para cumplir con su función de padrino, los hermanos Neeson lucían evidentemente molestos conmigo incluyendo a Dylan y a Chuck, quienes en cuanto les comenté me miraron mal y me dejaron de hablar.
Hacían bien, ya que yo seguía aferrándome a la idea de que había sido la mejor decisión. Aunque me sentía fatal por dentro, era como sentir que algo dentro de mi se rompía cuál cristal, ayer me había cansado de tanto llorar y de tanto odiarme a mí mismo, pero por más que me odiara nunca dejaría de ser el mismo. Le hice una promesa, pero, ¿saben algo?, no soy bueno cumpliendo promesas.
Parecía un fantasma deambulando por el festivo y alegre lugar, todo mundo parecía gozar, en especial los padres de los novios, los únicos enojados eran el clan Neeson y mis amigos, y el único triste era yo, caminaba apenado, con las manos en los bolsillos y la cabeza agachada. Tal vez mi cerebro no admitía mi culpa pero mi cuerpo la demostraba.
Todos estaban listos, familiares y amigos, todos menos la novia.
Entonces mi mirada se desvió del mundo de fantasía hacia la hermosa chica que miraba con tristeza el atardecer. Adelaide estaba en el patio de uno de los salones del hotel, el cual estaba más arriba del bosque, entre las montañas, una verdadera pieza arquitectónica, podías llegar a este a través de las escaleras que daban hasta el bosque.
Subí tan pronto y como pude las escaleras, con la esperanza de encontrarla aun ahí. Cuando pise la superficie del piso una silueta vestida de blanco me recibió de espaldas, fascinado mi cuerpo se detuvo, pensé que me iba a encontrar con una novia a punto de casarse no con un ángel a punto de irse al paraíso. Extrañamente era como siempre mi cuerpo, mi mente reaccionaba ante su belleza. Tragué saliva, mi mente me dictaba que me quedará ahí parado como un idiota contemplándola una ultima vez, pero mi cuerpo reaccionó diferente, sin darme cuenta subí el último escalón, mi cuerpo deseaba estar lo mas cerca de ella, el sonido de mi zapato al pisar hizo que girara de inmediato.
El crepúsculo resplandecía digno de una postal. Cualquier idiota diría que el maldito horizonte era hermoso, no era así, lo mas hermoso de aquel paisaje era ella.
Era el perfecto día, en el perfecto lugar y con la novia perfecta, tal y como alguna vez la mayoría espera casarse. Era tan bonito eso de soñar pero la realidad era tan diferente al imaginar. Jamás creí que mis sueños se harían realidad solo que no sería yo al quien le tocaría vivirlos.
