1. Adiós A La Historia

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Jamás he sido lo suficientemente buena para las despedidas, la separación temporal de mis padres fue una prueba de ello, un mes, solo uno duró uno lejos del otro, y creían que los que sufriríamos por tal separación seriamos mi hermano y yo.

Ahora, que casi me expulsan de la escuela mis padres ha decidido retirarme y pedir traslado en sus trabajos para ir a vivir a “Los Ángeles” la ciudad en la que muchos quieren vivir. Mi vida siempre ha girado en torno a Manhattan, y no entiendo porque quieren que nos mudemos,  solo he cambiado de escuela una vez, hace cinco años, y fue porque en mi escuela una niñita me gritó vulgaridades y como consecuencia le corte el cabello, y por ende llevo apenas cinco años en la actual escuela, lo bueno fue que desde que entre me conocí con Laura, quien también actualmente es mi única y mejor amiga.

Me explico, siempre he sido la niña problema de mi escuela, pero mis maestros dan con el problema de que las notas las mantengo constantemente altas, por decirlo mejor, soy una cerebrito con actitud de chica mala, pero este año, al parecer mi actitud rebaso la copa, según ellos mi actitud daña el buen ambiente que quieren recrear ¿A quién diablos le interesa un supuesto ambiente?... Por culpa de Mis actitudes me toco voluntariamente retirarme de la escuela, ya que si me expulsaban me era mas difícil entrar a otra, y aquí viene el problema de las despedidas, no tengo ningún amigo aparte de Laura de quien despedirme y eso hace que las cosas sean más emotivas, claramente no para mi, de hecho es mi madre quien ha realizado una tarde de películas y un montón de tonterías para que nos despidamos, el problema es soy mala en plan de chicas, siempre intente hacer un plan así con Laura y terminaba golpeando o humillando a alguna chica de mi escuela, haciendo que dejara hablar mal de mis a mis espaldas y me enteraba por que el cuento llegaba a Laura.

-Eliza… ¿Tú amiga a qué hora llega? – la voz de mi madre es chillona, como la de una colegiala social

-Debe estar por llegar, no demora – miro el reloj de pared en la sala, marca las dos de la tarde menos diez, y quedamos en que llegaría a las dos y diez, así que no tengo gran afán  

-¿Ya terminaste de arreglar tu habitación? – Camina de la cocina a la sala, de la sala a la cocina, no sé que quien esta mas ansiosa por la despedida

-Si… ya arregle mi cuarto y prepare las películas para ver – ruedo los ojos repasándole el inventario que me ordeno

-¿Por qué no estás triste Eliza?, es tu despedida – ahora se para frente a mí y cruza sus brazos tratando de reprocharme

-Recuérdame la última vez que me viste triste – sonrió orgullosa, aunque de inmediato me arrepiento de haberlo preguntado

-se que ninguna de las dos quiere recordar esas razones – se pone un  poco sentimental

Cambio rápido de tema -Creo que llamare a ver si se tarda – me levanto y subo casi corriendo a mi habitación

Camino  por el pequeño corredor a la derecha y entro a mi habitación, la segunda puerta, la primera es la de mi patán hermano Christian, tiene diecinueve años, tres años mayor que yo, o bueno en un mes lo será.

Mi habitación es muy poco colorida, las paredes son lisas de un tono gris crema, a la derecha está mi armario, es de madera lisa y de un color negro opaco, la habitación esta dirigida a mi cama que está en todo el medio, es una cama matrimonial sin cabecera, siempre la mantengo con satén de color negro o blanco y cuando a mi madre le da por arreglar le coloca colores como azul, rosado, morado, rojo, colores demasiado vivos para mi gusto.

Con muy poco animo tomo mi celular de la pequeña mesa negra junto a mi cama, a juego con mi armario, y tomo el celular, paso el dedo por la pantalla y miro la hora, las dos en punto, no me preocupo por la hora, la verdad entre más tarde mejor para mi, así tengo más tiempo para intentar pensar en una despedida emotiva o al menos recrear una.

Peligro y MuerteWhere stories live. Discover now