12. Primera Lección

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Trato de abrir los ojos pero la luz me deja casi ciega, paso las manos por mi rostro y con la palma presiono mis ojos para aclarar la vista.

-Qué bueno que despertaste… - una voz femenina y delicada esta cerca de mí

-Hmm ¿Dónde estoy? – hablo por lo bajo y mi voz es ronca

-en enfermería – ahora una voz masculina y bastante conocida los últimos días, me habla

-¿Qué? ¿Por qué? – chillo asustada… siempre que tengo lagunas mentales algo malo me sucede

-te desmayaste justo para la hora de almuerzo – lo dice como un regaño

-lo bueno es que estas bien – la mujer habla más duro, tratando de reñirlo

-vamos… abre los ojos… ya estás bien – una mano aprieta la mía y bruscamente me arrastra hasta quedar sentada 

-Joven más cuidado – la voz femenina le da un fuerte correctivo

Abro los ojos y estoy en una blanca camilla, la habitación es bastante iluminada y una lámpara a lo alto es la que me perturba, luego bajo la mirada y frente mío esta Bryan, quizá me tendré que acostumbrar a llamarlo así, y junto a él una mujer de de unos treinta años con un ropa de enfermera pero decorada con animalitos, esta de brazos cruzados.

-Hemos llamado a tú casa, pero nadie ha contestado, y los celulares de tus padres no están registrados – la mujer camina hacia otro lado de la habitación, ocultándose tras una cortina, su voz sigue siendo audible

-Gracias a dios – murmuro por lo bajo

Hace un par de años presentaba estos momentáneos desmayos, y siempre resultaba con alguna herida, pero Neal era siempre el que me ayudaba o me llevaba a enfermería, nunca hubo una explicación, por un tiempo tome pastillas de hierro, luego trataron con suero, pero no hubo nada concluso, llegaron a creer que tenía alguna enfermedad, y aun así no hubo nada.

-vez… ella no quería llamarlos – Bryan habla alto para que la enfermera lo escuche

-es que no es que quiera, es que se debe notificar a los padres – vuelve con un vaso en sus manos lleno de un liquido rosa – es suero, tómalo todo

-por favor no le diga a mis padres sobre esto – trato de hacer una cara de miedo al regaño o lo que se supone que venga si ellos se enteran

La enfermera me dedica una larga mirada dudosa y luego la posa sobre Muerte - ¿ustedes se cuidan? – lo pregunta con un toque de pena, confidencialidad, timidez

-¿de qué? – frunzo el entrecejo sin comprensión alguna

 Muerte arrastra su mirada hacia mí, ocultando una sonrisa burlona y luego se dirige hacia ella – ese es el problema… por favor no digas nada – se escucha ¿nervioso?... qué clase de actuación barata se supone que es esta

-Oh… muchachitos – la enfermera se exalta un poco, pasa una mano por su cabello y se ruboriza

-¡pero que mier… - Muerte me interrumpe con una mirada amenazadora

-Por favor señora… - el ladea su cabeza con cierta inocencia, inocencia que no tiene, no puedo creer que la enfermera le crea… es tan falso

-está bien, pero tomate esto, te ayudara para que no estés tan débil – me extiende el liquido rosa

Lo recibo y antes de tomar lo olfateo un poco, no tiene olor, de un sorbo lo termino todo y mi cuerpo se estremece, no es muy delicioso que digamos

-¿nos podemos ir? – Muerte y yo hablamos casi al tiempo y el vuelve a interrumpir– por favor

-salgan ya antes de que notifique el desmayo…  y señorita Taylor, la próxima sí tendré que llamar a sus padres -  da un suspiro de ¿pesar? ¿Lastima?

Peligro y MuerteWhere stories live. Discover now