Peligro y Muerte

4. Bienvenida A Los Ángeles

Bastante largo se me ha hecho el día, entrar a las nueve y salir a las dos, seis horas aguantando la mirada de rubias, pelirrojas, chicos lindos, chicos feos, todas las miradas sobre mí, esperando a que la “nueva” haga algo estúpido para colocarle un apodo.

-¿Qué tal tu primer día? – Christian se asoma por la ventana del auto mientras la abre

-Bien, eso creo – me encojo de hombros sin mucho que decir y subo al auto

Chris arranca el auto pero casi no podemos andar, todos los chicos saliendo de la escuela se atraviesan

-Estúpidos – murmura mientras ve que un grupo se parquea frente al auto

Trato de ver si los reconozco y doy con la suerte que entre ellos está el chico guapo, quiero conocer que tan malo es… Me quito el cinturón de seguridad y piso el pie de mi hermano hundiendo por un segundo el acelerador, el auto pega un pequeño brinco y el lindo golpea con rabia el auto, aquí entra el juego

-No bajes del auto – miro seria a Christian y bajo aparentando enojo

Todas las miradas están sobre mí, y ahora me empiezo a arrepentir, quizá hice bastante mal, pero ya no hay marcha atrás

-¿Acaso no ven que un coche quiere pasar? – los encaro sin duda

-Mira hermosa… – uno de ellos, no me interesa quien, se dirige a mí pero se calla al instante en que una mano agarra su brazo y lo separa del camino

Mi respiración se agita, ¡Oh dios! Y Érica decía que no iba a ser como en las películas que Laura me hacía ver, puedo apostar a que en este  momento me dirá algún cumplido o algo que hará que me derrita

-Mira niñita – bueno, un mal comienzo – ¿Quién te crees? – su boca es una fina línea

-¿Quién me creo yo?... ¿Quién te crees tú?, que estas en medio de la calle, ni que fueras un carro – yo y mi don de responder con lo primero que llega a mi cabeza

-Se nota que eres nueva – Se acerca un poco mas y es una cabeza más alto que yo… odio que sea así, me siento inferior, más pequeña…

-y a ti se Te. nota que eres un tarado – me cruzo de brazos y cambio mi peso de pierna

-Cuidado – ladea su cabeza y un escalofrió me invade

-No. Tú cuidado – enarco una ceja – así que mueve a tu grupo de torpes que voy a pasar en el auto – señalo por donde se puede ir

-Mira nenita – se acerca más y estoy lista para dar mi golpe – Agradece que eres nueva, pregunta por mí, así sabrás que te he dado mucho con perdonarte -  me da la espalda y se va con sus amigotes

Frunzo el entrecejo y doy un largo suspiro, creí que sería diferente… soy romanticona, lo sé, que torpe de mi parte creer que sería mas excitante hablar con este chico

-No sé si enojarme o preocuparme – Chris me recibe en al auto y su cara esta roja

-Me sé defender – lo culmino con la mirada y el sigue el camino sin hablar

Al llegar a casa está vacía, mis papás están trabajando, mejor, no tendré que hacer comentarios sobre mi primer día de clases.

-Iré a comprar unos cuadernos – le aviso a mi hermano mientras estiro mi mano para pedir las llaves de la casa

-Mejor te acompaño – sostiene las llaves dudoso

-Quiero ir sola – enarco una ceja y le rapo de la mano las llaves

Salgo de casa y miro a todos los lados posibles, ¿donde mierda habrá una papelería por aquí cerca?, solo veo cafeterías, autos, gente… voy caminando hacia la derecha, tal vez por allí alguna tienda venda cosas de escuela, paso junto a una pequeña zona verde, se ve buena para trotar, tal vez en las mañanas venga y lo haga. En el parque hay un grupo de chicos, y soy tan suertuda que los reconozco al instante, los miro mientras camino sin ningún disimulo alguno y cruzo miradas con el que le gusta a Érica, Jamie creo que se llama, él solo me mira sonríe y le dice a los demás, rápido alejo mi mirada y sigo caminando.