Peligro y Muerte

15. Linajes

-Vamos cariño, es hora de despertar – sus manos mandan mi cabello tras la oreja

-no quiero… - me apego a su cuerpo

Es incomodo dormir dos personas en una pequeña camilla de hospital

-Elizabeth… nena, mis padres llegaran en cualquier momento- besa mi frente y trata de hacerme levantar

-¿y? – aun con los ojos cerrados pongo los ojos en blanco

-nena… - me dice con un tono de voz reprochador

-Ya me voy Neal… - roñosamente me levanto y me quedo frente a él mientras  paso ambas manos por mi cara para despertar un poco mas

-Lo siento es por mis padres…

-lo sé, lo sé – interrumpo - ¿te veo mañana? – junto nuestras manos y lo miro fijamente

-me ves mañana- afirma mientras me besa el dorso de ambas manos – te quiero

Lo miro fijamente y por alguna extraña razón su expresión es distinta, como si me mintiera y no le doliera hacerlo.

-llegamos – la voz de Maverick interrumpe mis recuerdos    

No entiendo porque el recuerdo de Neal y la última vez que lo vi llegan justo en este momento, justo cuando siento que puedo confiar en Muerte, cuando creo que puedo contarle la verdad…

-para bajarme de la moto necesito que me sueltes – las contracciones en su estomago delatan que está riendo

-lo siento, lo siento – lo suelto de inmediato y me siento erguida

-descuida, me gustan tus brazos a mi alrededor – murmura mientras se baja de la moto y extiende su mano como apoyo

Coloco mi mano sobre la suya y me bajo de la moto, pero antes de que me logre mover se para frente mío y me acorrala contra el manubrio de esta.

-vamos a quitarte esto – pasa sus manos por mi mandíbula y desabrocha el casco

-yo lo puedo hacer… - gruño como una pequeña enojada

-se que puedes, pero yo quería hacerlo – pasa el dorso de su mano por mi mejilla

-¿Qué haces? – retiro con brusquedad mi rostro

-creí que ya habíamos pasado por el momento mezquino – retira su mano y las eleva sobre su cabeza

-déjate de estupideces y dime la verdad – me apoyo en la moto y me cruzo de brazos

Empiezo a determinar en donde me encuentro y no tengo la menor idea, las calles son desconocidas para mí, pero más que eso, es la mirada penetrante de Maverick sobre mi rostro, eso me distrae totalmente, podría ver mil veces la misma casa y no sabría aun de qué color es.

-¿quieres que te diga todo aquí… o podemos entrar a mi casa? – curva sus labios en una medio sonrisa y se acerca de nuevo

-¿tu casa? – enarco ambas cejas con incredibilidad

-sí, mi casa – habla con obviedad

-no sé si sea confiable…

-oh por Dios Elizabeth – da un leve grito de exasperación – te dije mi nombre, te diré la verdad… ¿Qué más quieres? – pasa ambas manos por su cabello y se ve estresado

-Tú no tienes derecho a ponerte así… has sido quien ha llegado a mi vida con cosas extrañas, así que aguántate mis dudas – lo señalo con mi dedo índice, aunque también tal gesto es para apartarlo un poco