3. "No Lo Veas"

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Primer día en los ángeles y me he quedado dormida en mi cama con mi hermano.

La luz se entra por la gran ventana, <<Tengo que comprar unas cortinas>>, tapo mi rostro y siento como mi hermano lo hace también.

-¿Qué hora es? – mueve sus brazos para desperezarse

-Creo que las siete – vuelvo a acomodarme

El se levanta de golpe y me arrastra con él

-¿Qué pasa? – somnolienta lo miro enfurecida, pero con un toque de gracia

-Tu escuela torpe – sale corriendo para su habitación y escucho como empieza a alistar las cosas

Entro al baño frente a las dos habitaciones y me doy un rápido duchazo, me dejo la toalla alrededor del cuerpo, cepillo mis dientes y salgo. Me encuentro con el rostro angustioso de mi hermano y no evito reír.

-Que me colocare hoy – no soy amante de los colores así que mi ropa se basa en negro, azul, verde y morado, algunas ocasiones blanco, no sé cómo le hacen las chicas para tener tanta ropa, siempre termino colocándome lo mismo.

Escojo unos vaqueros negros ajustados, una blusa manga larga azul ceñida, que en medio con letras doradas dice “I Like Fuck”, recuerdo las miradas que mi mamá me hizo al comprarla, y unos botines negros de suela plana. No sé que llevar así que tomo una pequeña mochila y un cuaderno que tengo sin comenzar, junto con algunos lapiceros y listo, son las ocho y quince minutos, se supone que tenemos que estar en la escuela a las nueve. Como veo que mi hermano aun no está listo me decido por maquillarme, solo un poco de delineado negro en los parpados y mascara para pestañas, ¡Listo! Ya me aburrí.

-Primer día de clases y llegas tarde ¡Perfecto! – Chris maneja lo más rápido que puede el lindo Audi A3, a mis padres les gusta lucirse

-No te preocupes – me encojo de hombros y me regocijo en el asiento   

-Llegamos, ¡Corre! – frena rápidamente y me da un beso de despedida

-Claro como digas – me bajo dando un pequeño portazo, golpearía la puerta pero el auto no lo merece

La entrada esta casi vacía, algunas personas entran y por sus atuendos veo que son quienes mantienen sus notas lo peor posible, al ver que mi hermano ya arranco el auto empiezo a correr, ¡Dios las nueve y diez! ¡Tardísimo!, no quería que mi hermano viera mi estado de estrés, no me gusta bajar notas o llegar tarde, y mucho menos un primer día, ojala no  me encuentre con alguna tonta chica por ahí porque juro que le rompo la cara, estoy retrasada y alguien que me hable seria lo último que espero.

¡Mierda! No encuentro la torpe “dirección”, allí se supone que me darán mi horario.

Alguno de estos tontos tendrá que saber. Camino a un grupo, el primero que veo y toco el hombro de uno de los chicos, son una cabeza más alta que yo así que tienen que bajar sus miradas para verme.

-Disculpa, ¿Dónde queda la dirección? – frunzo el ceño tratando de ser amable

-Si quieres te llevo – ladea su cabeza y me mira morbosa mente

Estoy por decirle hasta de que lo matare, y darle una patada donde más le duele… pero una pequeña mano me agarra del hombro y capta mi atención.

-¿Qué? – busco con la mirada a quien me toca mientras tambien veo con desprecio su mano

-Yo te puedo ayudar – toma mi brazo de gancho y me aleja del grupo de estúpidos, y como lindo consuelo me quedan sus ruidosas carcajadas

Giro mi mirada y me encuentro con una rubia, es de mi misma estatura, pero tiene unos pequeños tacones, así que es un par de centímetros más baja, su cabello es bastante esponjoso y tiene un ligero olor a vainilla.

Peligro y MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora