Peligro y Muerte

18. Claustrofobia

-Elizabeth puedes salir de ese baño cuando quieras – la voz de Christian es estresante y sarcástica

-¡Que un minuto he dicho! – chillo mientras me termino de cepillar los dientes

Salgo del baño y le regalo mi peor mirada, él entra corriendo y se encierra con un portazo, ruedo los ojos y entro a mi habitación, tomo mis mejores vaqueros, unos tacones azules, son de unos cuatro centímetros y los se manejar gracias a Laura, pero si me coloco otros de la misma altura soy descoordinada, es algo extraño, por lo que solo tengo un par de tacones; me coloco una blusa gris manga larga y listo, reviso todos los cuadernos dentro de mi mochila, extrañamente hoy ya no me siento tan enfermiza.

Ayer luego del incidente con Maverick –digo incidente por que aun no estoy preparada para hablar del tema-  Érica pasó por mi casa y me ayudo a adelantarme con trabajos, también me ha dicho que debo llevar una escusa para que no me saquen mala nota al final del año, no entendí muy bien pero Roger simplemente hizo una pequeña carta hablando sobre mi enfermedad, no le conté nada a Érica pero no hizo falta, cuando vio la ropa de Maverick aun en el suelo de mi habitación, chillo asustada. -¿cómo habrá reconocido su ropa?- y luego me dijo que dejara de juntarme con él, que no era para nada bueno y que no por nada lo llamaban Muerte.

-¿Ya estas lista? – mi hermano se asoma a mi habitación

-Sí, pero yo me iré en el bus escolar – digo con simpleza

-¿Por qué? – se cruza de brazos ofendido

-aun faltan diez minutos para que pase el bus, y tu sales ya… si me voy contigo tendré que aguantarme un rato sin hacer nada – respondo con obviedad

-pero… si adecue mi horario para poder llevarte – el desanimo se nota en su rostro y en su voz

¿Cómo le digo que en verdad tengo miedo de llegar y encontrarme con Maverick?... que la simple idea de verlo hace que mi estomago de un vuelco, y no uno lindo, sino un que me hace dar son nauseas.

-Bruto… vamos a ver, tendrás que darme el dinero del desayuno – me estoy volviendo muy sensible, no he logrado ver los ojos desilusionados de mi hermano sin aceptar irme con él

-Ya alisto el auto – sonríe sin mostrar los dientes y escucho sus pasos bajar las escaleras

Rápido termino de vestirme y  arreglarme, miro la ropa de Maverick doblada sobre mi cama y ruedo los ojos… tengo que botarla, o pintarla y desteñirla para luego regresarla, pero algo he de hacer, no puedo quedar tan débil frente a él.

Tomo mi celular, mi mochila y mi cazadora negra, la ropa no combina mucho pero me siento cómoda, eso creo, mis ojos tienen un poco de rímel y mis labios un poco de brillo sin color. Después de un largo respiro bajo las escaleras y subo al auto con Christian.

-¿Puedo preguntar qué te pico hoy? – cuando tomamos el primer semáforo en rojo Christian suelta la pregunta

-¿A qué te refieres? – aprieto un poco más la mochila sobre mi estomago

-Tacones, jean ajustado, mejillas sonrojadas, cuerpo nervioso e inquieto… ¿algún chico? – mueve sus cejas con gracia

-Tacones… se me antojo porque me acorde de Laura – muerdo el interior de mi mejilla al ver que di justo en el clavo – por cierto ¿has hablado con ella? – le dedico toda mi atención

-pues… - aprovecha que el semáforo cambia e ignora mi pregunta

No insisto, pues yo también evadí sus preguntas, solo que lo mío fue de una manera más inteligente…

-Mi papá en la cena comentó algo sobre un tal Seth… ¿te gusta? – vuelve a hablar cuando hay un poco de trafico para girar

-Tu papá es un… - trago saliva para evitar decir algo considerado grosero - a quien no se le puede dar un poco de confianza… Seth no es quien me gusta, el es solo un chico que quiere tenerme en su cama, pero no sabe con quién se mete – chillo nerviosa