7. ¿Ayuda?

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El tiempo se pasmo totalmente, está Érica contorneándose y hablando contenta con Jamie, mientras yo tengo dos hombres a cada lado mío, y parecen entablar perfectamente una conversación ignorando mi existencia.

-¿te nos unes? – el señor ojos lindos se me dirige sonriente

La verdad ya me estoy cansando de reconocerlo solo por sus ojos, conozco su apellido pero no me gusta llamarlo así…

-¿a qué? – frunzo el seño tratando de entenderle

-¿No estás prestando atención? – parpadea de esa manera tal enloquecedora

-¿debería? – me cruzo de brazos mientras veo mi jugo, fijándome que ya esta vacio

Ahora no sé quien es mas sínico en este momento, él, que viene y me habla como si nada, o yo, quien le sigue la corriente

-Seria una falta de respeto no hacerlo – enarca una seca y sus ojos brillan más que de costumbre

-pues entonces me declaro irrespetuosa – tomo las cosas sucias de la mesa y me preparo para levantarme… Érica se las arreglara sola, además no se ve para nada incomoda

Me apoyo un poco en mi silla y me elevo un poco, pero caigo estruendosamente en la silla cuando la mano de ojos lindos apoyada sobre mi pierna no me deja moverme.

No me había fijado del grandioso rechinido que hizo mi silla por culpa de la delicada manera de hacer sentarme de él, así que perfectamente se que cuento con varios espectadores, podría decir que la mayoría de quienes están aquí, ya que la compañía del chico malo influye en el chismorreo.

-No he dicho que te levantes – me culmina con la mirada, y me quedo un poco sin palabras, últimamente se le hace fácil hacer eso

-jamás pedí permiso o pregunte – trato de hacer su misma mirada, pero temo verme torpe

El sonido de la campana me salva, exhalo sonoramente mientras veo a todos levantarse y dirigirse a sus clases, todos en la mesa se levantan, hasta Érica, quien siento que me mira, pero yo mantengo mi mirada fija en la mano que aun esta sobre mi rodilla.

-Si te interesa, tengo que ir a clases – ahora paso mi mirada hacia sus ojos

-podría quedarme aquí todo el día – aprieta un poco mas su agarre sobre mi pierna

-¿Qué quieres? – exhalo irascible

¿Qué hay de malo con él?, le he dejado claro que no tengo la mas mínima intención en él, y aunque sea mentira debe aceptar mi opinión

-Qué aceptes – curva sus labios en una media sonrisa

-creo que no me estas tomando enserio… dije que ¡No! He prestado atención ni a la mitad de lo que han dicho – pongo los ojos en blanco y muevo ansiosa mi pie

Ahora su sonrisa es más amplia -Tomo eso como un sí – me dedica uno de los que creo sus mejores guiños

-Déjame ir – toda mi poca paciencia se esfumo al ver como ya estamos totalmente solos en la cafetería

-siéntate conmigo en literatura… serán dos horas de aburrimiento, podríamos… no se, hablar un rato – mueve su pulgar en mi pierna

-Pú-dre-te  - empujo su mano con todas mis fuerzas y victoriosamente salgo corriendo rumbo a mi casillero 

Saco mis materiales y busco el salón, la puerta está abierta y los chicos se ven totalmente desordenados -¡No ha llegado! – grito mentalmente mientras entro y veo el puesto del maestro con totalidad vacio

Peligro y MuerteWhere stories live. Discover now