Peligro y Muerte

11. Primer Intento

-¡Neal! – Grito ante su cuerpo pero él no responde – Neal despierta – me dejo caer ante su camilla

Observo el lugar. Parece un hospital, lo es, es el hospital de Manhattan, donde lo atendieron después del accidente. Lagrimas corren por mi rostro. Jamás me fue permitido verlo, pero aquí estoy… Neal despierta, por favor hazlo, los ruegos inundan mi cabeza.

-Vamos despierta… - la voz de mi hermano tras mío, sosteniendo mi hombro me altera mas -¡Despierta! – Me está arrastrando lejos de Neal – ¡Vamos! – las puertas se van cerrando alejándome cada vez más, hasta que la ultima puerta, la de salida, parece incendiarse e inundar mi vista

-Ah – trato de respirar, mi pecho sube y baja al ritmo de mi respiración, estoy agitada

La cama está hecha un caos, mi cuerpo esta sudoroso, mi cabello alborotado, mi rostro está un poco pegajoso por las lágrimas, pongo ambas manos en mi pecho y trato de regularizarme

-¿Estás bien? – los ojos de mi hermano buscan los míos con ansia

-¿parece que estoy bien? – me acomodo hasta quedar sentada. El cierra sus ojos tratando de calmarse – Lo siento…. Ha sido un mal sueño – me encojo de hombros mientras meto la cabeza entre las rodillas

-Son las tres de la mañana… me has despertado… así que sé que has tenido un mal sueño – me extiende un vaso

-¿Qué es eso? – frunzo el ceño. No puedo ver muy bien, esta oscuro en mi habitación

-Cerveza… - su voz se oye cansada – pues agua tonta ¿Qué más te voy a dar a esta hora? – se escucha más relajado

-Christian… lo siento – mascullo mientras doy un largo sorbo de agua – no quise despertarte – mi estomago se retuerce

-Hmm… - se queja un poco

-¿Qué? – termino el agua y dejo el vaso sobre la mesa junto a mi cama

-no has sido tú quien me ha despertado – lo dice suave, como si eso me enojara

-¿Qué ha sido entonces? – me abrazo para mantenerme estable y alejar las imágenes de mi reciente pesadilla

-Papá… el te ha escuchado gritar… ha ido a mi habitación y me ha dicho que te ayude – veo como rasca su cabello alborotado

-¿Por qué no ha venido él? – y después de preguntarlo me arrepiento.

Es obvia la razón por la cual no ha entrado, sabe que lo odio, pero ahora que lo pienso me siento decepcionada, alguna parte en mi –que desearía desaparecer- quería que fuese papá quien me mimara, quien estuviese aquí extendiendo su mano para confortarme, pero él mismo se ha encargado de que eso no sea realidad, de que mi amor por él se esfume o quizá solo se esconda, y me sea difícil mostrarle cariño, o sentirme esperanzada cuando existe la oportunidad de confiar en él.

-¿Dónde está? – pregunto con voz ronca

-Afuera de mi habitación, esperando a que le diga como estas – toma mi mano y pasa su pulgar por ella, tratando de tranquilizarme

-He… he soñado con Neal, ha sido horrible, tú… tú estabas allí – empiezo a contarle mi sueño

-ya habías dejado de soñar con el – es lo único que murmura y niega con su cabeza

-lo sé. – Digo casi exasperada – ¿crees que ha sido mi elección soñar con él? – enarco ambas cejas esperando su respuesta

Se queda callado y se que en el fondo, aunque trate de no mostrarlo me juzga, o cree que es mi culpa al menos un poco.